A lo largo de los años, se han tejido innumerables mitos acerca de la lactancia materna. Desde que algunas madres no producen suficiente leche, hasta que no es realmente necesaria, todos han aportado a que se genere cierta confusión en la información que manejan las futuras madres y las personas en general.
Sabemos que incluso tú, que estás leyendo esto, te sientes un poco confundida. Por eso, hemos elaborado un listado aclarando los mitos más sonados y reforzando las verdades menos conocidas. Prepárate para eliminar de tu mente algunas afirmaciones que tal vez siempre pensaste eran ciertas.
Mitos
- Algunas mujeres no producen leche para dar de lactar. Toda mujer que recientemente se ha convertido en madre está lista para dar de lactar, sin embargo, la estimulación que reciba por parte del bebé (succión) y el apoyo del personal de salud y de la familia, serán factores importantes que la ayudarán a producir leche de manera más abundante.
- Los bebés que se alimentan de pecho no engordan y siempre tienen hambre. Debido a que la leche materna es digerida con mayor facilidad por el bebé, este requiere ser alimentado con más frecuencia. De igual manera, recuerda que ninguna leche puede igualar en propiedades a la leche materna y que un bebé gordito, no es sinónimo de un bebé saludable.
- Si das de lactar, vas a estar atada al bebé y no podrás trabajar. Actualmente existen muchos métodos para extraer la leche materna diariamente y almacenarla para alimentar al bebé mientras te encuentres ausente por el trabajo.
- Dar pecho es doloroso y se agrietan los pezones. Esto solo sucederá si la técnica de amamantamiento no es la adecuada o si durante la gestación los pezones de la madre no fueron preparados correctamente.
Verdades
- La leche materna es el mejor alimento y bebida que puede recibir un bebé recién nacido.
- Si la madre inicia la lactancia inmediatamente después del parto, estimulará mucho más la producción de leche.
- La leche materna inmuniza al bebé y lo protege de contraer diversas enfermedades.
- Dar de lactar ayuda a la madre a que su útero se contraiga y a que se reduzcan los riesgos de sufrir una hemorragia o infección.
- La leche materna satisface totalmente la necesidad de líquidos de un lactante.
- Los bebés alimentados con leche materna desarrollan un vínculo mucho más estrecho con la madre y crecen sintiéndose más seguros y atendidos.
Ahora que ya sabes qué es cierto y qué no, cuéntaselo a todas las personas que puedas y ayuda a que tengamos una sociedad mucho más informada. Las madres y los bebés te lo agradecerán.
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