Comerse las uñas, también conocido como onicofagia, es un hábito muy común en personas de todas las edades, incluídos los niños. Aunque puede parecer inofensivo, esta práctica puede tener múltiples efectos negativos, tanto en la salud física como emocional. Las uñas son una de las áreas del cuerpo que más suciedad y gérmenes acumulan, lo que convierte este hábito en una fuente de posibles infecciones y problemas de salud permanentes. A continuación, explicamos los motivos por los que no es saludable que los niños se coman las uñas y algunos consejos para ayudarles a dejar este hábito.
Motivos por los que comerse las uñas no es saludable
Como ya mencionamos, morderse las uñas puede parecer un hábito molesto, asociado más a la estética y a la ansiedad de los niños, pero si miramos con detenimiento, veremos como el espectro de su impacto negativo es mucho más grande de lo que imaginamos.
- Acumulación de bacterias y suciedad: Las manos suelen estar en contacto permanente con todo tipo de superficies sucias y las uñas guardan esa suciedad por grandes períodos de tiempo, lo que las convierte en un lugar ideal para la acumulación de gérmenes, bacterias y restos de mugre. Debajo de las uñas pueden encontrarse bacterias como Escherichia coli, que pueden causar infecciones gastrointestinales si los niños se llevan las manos a la boca. Además, los gérmenes en las uñas pueden contribuir a resfriados, gripes y otras enfermedades, ya que las manos están en constante contacto con el rostro.
- Riesgo de infecciones: Al morderse las uñas, los niños dañan la piel circundante, lo que crea pequeñas heridas en las cutículas y los dedos. Estas heridas se convierten en una puerta de entrada para bacterias y hongos, lo que puede derivar en infecciones como la paroniquia. Esta infección causa enrojecimiento, hinchazón y dolor alrededor de las uñas, y puede ser incómoda y difícil de tratar si no se atiende a tiempo.
- Problemas dentales: Morderse las uñas no solo daña las manos, sino que también puede tener un impacto negativo en los dientes. La presión constante puede desgastar los dientes, astillarlos o incluso desalinearlos. A largo plazo, este hábito podría afectar la mordida del niño y requerir intervenciones dentales.
- Impacto en el crecimiento y la forma de las uñas: El daño continuo a las uñas y las cutículas interfiere con el crecimiento normal de las uñas, lo que puede hacer que crezcan de manera irregular o se deformen. En algunos casos, las uñas pueden volverse frágiles o quebradizas.
- Afecta la autoestima: Aunque algunos niños comienzan a comerse las uñas por ansiedad o aburrimiento, a menudo se sienten avergonzados por el aspecto de sus uñas y manos. Las uñas mordidas pueden verse descuidadas, lo que puede impactar su autoestima y provocar sentimientos de inseguridad en entornos sociales, como la escuela.
Consejos para ayudar a los niños a no comerse las uñas
Todo hábito puede ser modificado y morderse las uñas no es la excepción, así que queremos compartir contigo algunos consejos que debes tomar en cuenta para ayudar a tus pequeños a dejarlo de una vez por todas.
Identificar la motivación: Muchos niños desarrollan el hábito de comerse las uñas como una respuesta a la ansiedad, el estrés o incluso el aburrimiento. Observa cuándo tienden a morderse las uñas y trata de abordar el origen de este hábito conversando con ellos para que puedan identificarlo y controlarlo.
Fomentar la higiene de las manos: Enséñales la importancia de lavarse las manos regularmente y de mantener las uñas limpias y cortas. Al hacerlo, no solo reducirás el riesgo de que ingieran gérmenes peligrosos, sino que también disminuirás la tentación de morderse las uñas si las ven bien cuidadas.
Sustituir el hábito por una actividad alternativa: Ofrécele al niño una alternativa saludable, como una pelota antiestrés o un juguete pequeño que pueda manipular. Esto lo ayudará a canalizar la ansiedad o el aburrimiento sin recurrir a sus uñas. De esta manera, le das una opción más segura para liberar la tensión.
Usar productos amargos o esmaltes específicos: En las farmacias hay productos especiales con sabor amargo que pueden aplicarse sobre las uñas. Estos productos son seguros para los niños y los desanimarán a seguir mordiéndolas. Aunque puede ser un recurso útil, debe combinarse con otros enfoques para tratar la causa subyacente del hábito.
Reforzamiento positivo: Celebra los pequeños logros del niño cada vez que logre mantener sus uñas intactas por un tiempo. Puedes usar un sistema de recompensas como stickers o pequeños premios, pero lo más importante es reconocer su esfuerzo con elogios y palabras de aliento. El refuerzo positivo es una herramienta poderosa para romper hábitos no deseados.
Fomentar la conciencia: Con frecuencia los niños no notan que se están mordiendo las uñas. Ayúdales a ser conscientes de cuándo lo están haciendo. Puedes utilizar recordatorios sutiles o enseñarles a reconocer las señales que los llevan a morderse las uñas para que aprendan a detenerse a tiempo. Elijan juntos una palabra clave que puedes decir en cualquier lugar o situación y que nadie más conozca para traerlos a la conciencia de lo que están haciendo en ese momento.
Comerse las uñas es un hábito que no solo afecta la apariencia de las manos, sino que también expone a los niños a gérmenes, bacterias y posibles infecciones que pueden comprometer su salud. Aunque romper este hábito puede ser un desafío, podemos ayudar a nuestros pequeños a dejar de morderse las uñas y a desarrollar una mejor higiene de manos. No te angusties o desesperes, los pequeños pasos hacen grandes diferencias.
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