Una de las grandes preocupaciones de los padres durante el invierno es cómo proteger a sus hijos del frío. Es común verlos asomarse por la ventana para ver cómo está el clima por las mañanas, antes de ir rumbo a la escuela, o por las tardes, cuando se planea salir a la calle. En algunos casos, para evitar que se enfermen, se pueden cometer excesos. ¿Por qué?
Una de las razones más comunes es que los padres tienen la idea equivocada de que los niños sienten más frío que los adultos. En realidad, el termostato de los niños es igual al de los adultos, por lo tanto ellos sienten el frío y el calor con la misma intensidad. Es más, los pequeños tienden a entrar más rápido en calor porque son muy activos y, si están demasiado abrigados, sudan y se sienten incómodos. Por eso no es extraño verlos jugando sin preocuparse por el clima.
Con quienes sí hay que tener mucho cuidado es con los bebés, especialmente con los recién nacidos, ya que ellos aún no pueden regular bien su temperatura corporal y pueden necesitar un poco más de abrigo.
¿Cuál es la forma correcta de abrigarlos?
La forma más eficiente de proteger a los niños en invierno es mediante el llamado sistema de capas. Este consiste en ponerles a los pequeños varias capas de ropa de tejidos no tan gruesos. Abrigar a los niños así es mucho mejor que ponerles un polo y cubrirlos con una incómoda y pesada casaca gruesa.
El sistema de capas permitirá que los pequeños estén más cómodos y, dependiendo de la temperatura del lugar en el que se encuentren, tendrán la posibilidad de ir quitándose una por una las prendas que se hayan puesto en lugar de quitarse su única casaca gruesa y desprotegerse por completo.
¿Y por las noches?
Cuando llegue la hora de dormir, la cantidad de abrigo que se le ponga a los niños dependerá de la temperatura de su habitación. Si el lugar es cerrado y cálido, solo bastará con ponerles una pijama de polar. No hará falta abrigarlos demasiado. En cambio, si la habitación es muy abierta y fría, necesitarán una o dos prendas más de ropa para dormir bien protegidos.
Prevenir el frío en invierno es importante, pero siempre con moderación y sin excederse.
Fuente: El País
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