A muchos niños se les enseña desde pequeños que para tener los oídos bien limpios deben usar hisopos y es así como su uso se vuelve una costumbre. Algunos especialistas coinciden en que, a largo plazo, los hisopos pueden ser perjudiciales para la salud y para el ambiente y sugieren prescindir de ellos. Aquí les dejamos algunas de sus razones.
1. Peligros para la salud
Al introducir profundamente el hisopo dentro de nuestra oreja, empujamos el cerumen en el interior del oído y eso puede causar lesiones e infecciones dolorosas como la otitis, tan común en los niños. Se pueden usar los hisopos para limpiar, pero solo la parte externa del oído.
2. La cera está ahí por una razón
El cerumen o cera es una sustancia amarillenta y cerosa secretada por los oídos que tiene una función beneficiosa para la salud:
- Hidrata y evita que se reseque el interior del oído.
- Previene infecciones.
- Protege el oído de agentes externos como el polvo, la suciedad, entre otros.
Al retirarla con hisopos, estamos interfiriendo en un proceso natural en el que el oído se limpia solo: la cera 'vieja' es expulsada del oído cuando movemos la mandíbula, masticamos o nace piel nueva en el canal auditivo.
En ocasiones, el proceso de autolimpieza no funciona correctamente y la cera puede acumularse en el oído. En esos casos, lo recomendable es acudir a un otorrino.
3. Estás contaminando
Al ser arrojados al inodoro, los hisopos llegan al mar y, al igual que los sorbetes, lo contaminan. Actualmente son los objetos descartables que más se encuentran en las playas y son considerados como uno de los contaminantes marinos más peligrosos.
Francia es uno de los países donde está prohibida la fabricación de hisopos y para el 2020, la venta de este producto a base de plástico estará prohibida. El gobierno está impulsando su fabricación con 50% de materiales de origen biológico, con el objetivo de favorecer al planeta.
En conclusión, la cera es natural y se renueva sin ayuda, por lo tanto no hace falta gastar tanto tiempo intentando eliminarla por completo del oído y poniendo en riesgo nuestra salud y el cuidado del medio ambiente.
Fuente: El País
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