“Los niños no lloran”, “las niñas tienen que ser delicadas”, “los hombres no deben cocinar, eso es de mujeres”. Estas y otras premisas pueden sonar absurdas para muchos, pero lo cierto es que este tipo de pensamiento está muy arraigado en gran parte de la sociedad, perpetúa los estereotipos de género y puede llegar a ser muy dañino para la salud.
Continuar reproduciendo estos estereotipos, que prácticamente obligan a los hombres y a las mujeres a ser y a actuar de determinada manera, no dan espacio a que las personas se desarrollen con libertad. De hecho, se establece un estándar de cómo pensar, vestir y hasta vivir, según el género.
Esto tiene consecuencias para la salud que inician en la niñez y, posteriormente, en la adolescencia. Y estas consecuencias no son nada buenas.
¿Qué son los estereotipos de género?
Los estereotipos de género son el conjunto de ideas utilizadas para explicar el comportamiento tanto de los hombres como de las mujeres, los papeles que deben desempeñar en el trabajo, la familia y el espacio público, además de cómo deben relacionarse entre sí.
Sin importar en qué parte del mundo se viva o cuál sea el nivel socioeconómico, las enseñanzas sobre el género (lo que significa ser hombre o mujer) comienzan a muy temprana edad y tienen consecuencias de por vida. El hecho de enseñarles a los niños y niñas, desde pequeños, estereotipos de género, como “los varones deben ir a trabajar y las mujeres deben quedarse lavando la ropa” o “los hombres son los que deben conquistar a las mujeres” es dañino. Y lo es no solo para el futuro de ellos y ellas como individuos, sino también para la sociedad en la que viven.
La investigación Global Early Adolescent Study, elaborada en 15 países por la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de John Hopkins (Baltimore, Estados Unidos) señaló que los estereotipos de género que se establecen en la infancia por parte de padres, profesores, compañeros y la sociedad en general se pueden volver dañinos cuando el individuo comienza la adolescencia.
De hecho, el estudio sostiene que muchas de las normas sociales que adoptamos en torno al género — es decir, lo que se espera de las niñas y los niños— quedan arraigadas desde la adolescencia y tienen consecuencias negativas que impactan en la edad adulta.
Aunque la investigación publicada en el Journal of Adolescent Health analizó a niños y adolescentes de entre 10 y 14 años en 15 países, se descubrió que muchos de los estereotipos que perjudican a hombres y mujeres son los mismos alrededor del mundo y se asumen antes de los 10 años. No importa la condición económica o social, las consecuencias afectan a todos en una sociedad.
¿Cómo afectan los estereotipos de género a los niños y niñas?
Las entrevistas realizadas en la investigación determinaron que, alrededor del mundo, tanto niñas como niños están atados a restricciones de género a muy temprana edad. Las consecuencias de esto impactan en la calidad de vida de los pequeños y pequeñas, siendo más grave en el caso de las niñas.
Según los expertos, hay muchos estereotipos femeninos basados en “proteger a las niñas y a las mujeres” que las hacen más vulnerables. Incluso, en muchos casos, se enfatiza el afán de vigilarlas y sancionarlas físicamente cuando rompen las normas.
Esto conlleva a que mucha niñas:
- Abandonen el colegio
- Se casen siendo menores
- Tengan embarazos tempranos
- Se infecten de VIH u otras enfermedades de transmisión sexual
Uno de los mitos más dañinos y perpetuados sobre el género es que, una vez que las niñas llegan a la pubertad, se vuelven vulnerables, por lo que necesitan protección para preservar su salud sexual y reproductiva, mientras que a los niños se les ve como personas fuertes e independientes. La profesora asociada de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins, Kristin Mmari, asegura que esta visión estereotipada cambia la forma en que el mundo ve a ambos sexos durante la adolescencia, y la forma como la sociedad continúa tratándolos a lo largo de sus vidas.
Un ejemplo del daño que causan los estereotipos sexuales lo vemos en los niños de ciudades como Shanghái y Nueva Delhi. A los varones se les anima a salir de casa sin supervisión, mientras que las pequeñas deben quedarse en el hogar y hacer tareas domésticas. En ambas ciudades, si un chico o chica no respetan lo socialmente establecido, son humillados.
¿Cuáles son las consecuencias negativas de los estereotipos de género?
Según la investigación, las consecuencias de los estereotipos de género son solamente negativas. En las niñas, conformarse con este “deber ser” puede generarles (entre otros males):
- Depresión
- Matrimonio infantil
- Deserción escolar
- Exposición a la violencia
Mientras que las consecuencias de que los niños se conformen con los estereotipos que se les asignan, incluyen:
- Involucrarse en actos de violencia física en mayor medida que las niñas
- Morir con mayor frecuencia de heridas accidentales
- Ser más propenso al abuso de sustancias y al suicidio
- Tener una esperanza de vida más corta que las mujeres
Una de las principales conclusiones del estudio es que es importante desafiar los estereotipos de género cuando las niñas y los niños son pequeños. Según Mmari, es una oportunidad para abordar estas actitudes y creencias —construidas socialmente, y no producto de la biología de las personas— antes de que se consoliden más adelante.
Este esfuerzo por eliminar los estereotipos de género debe ser colectivo y empezar en los hogares y escuelas. Sin embargo, se debe poner especial énfasis en los medios de comunicación, ya que a través de éstos se transmiten muchos estereotipos que repercuten en la educación y posterior desarrollo de los niños y niñas. La idea es que todos nos sintamos como iguales y dignos de elegir nuestras identidades libremente, en lugar de hacerlo a partir de un guión preestablecido que contiene muchas desigualdades y da pie a que se produzca la llamada violencia de género.
Para empezar a concientizarnos, debemos preguntarnos si ciertos estereotipos de género que tomamos como naturales en realidad son construcciones sociales. ¿Qué pasa si tu hija quiere llevar clases de artes marciales o si tu hijo quiere ir a clases de ballet? ¿Debes decirle que no simplemente porque no es socialmente aceptable o porque no es “lo normal”? Nunca es tarde para repasar estos temas con nuestros hijos y contribuir a una sociedad más igualitaria e inclusiva.
Fuente:
https://www.geastudy.org
https://elpais.com
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