La conjuntivitis es una patología bastante común en los niños y puede afectar uno o ambos ojos. Existen varios tipos: la conjuntivitis bacteriana, la conjuntivitis viral, la conjuntivitis alérgica y la conjuntivitis irritativa. En este artículo, hablaremos de la conjuntivitis bacteriana en niños, sus síntomas y tratamiento.
Conjuntivitis bacteriana en niños: síntomas y tratamiento
El ojo tiene una parte muy importante que se denomina conjuntiva, la cual es una membrana delgada y casi transparente que cubre la parte frontal del ojo y la capa interna de los párpados.
La conjuntiva tiene varias funciones, algunas de ellas son:
- Protege el ojo de los agentes externos, como el polvo, polen, humo, partículas del aire, astillas de metal o madera, que pueden causar traumatismos o procesos alérgicos. Estos agentes externos también pueden ser microorganismos, que pueden producir enfermedades infecciosas y contagiosas.
- Mantiene la parte frontal del ojo, húmeda y lubricada.
- Mantiene lubricada e hidratada la capa interna del párpado, para que se pueda abrir y cerrar sin producir fricciones o irritaciones en el ojo.
- Nutre al ojo y al párpado a través de sus pequeños vasos sanguíneos.
- Previene el llamado síndrome de ojo seco, ya que sus células segregan un componente a la película lagrimal.
Esta parte del ojo puede ser afectada por varias patologías y una de las más frecuentes es la conjuntivitis, llamada ojo rojo, debido a la inflamación de sus vasos sanguíneos. Se puede producir por varias causas: infecciosas (bacterias, virus y clamidias), alergias, irritaciones y queratoconjuntivitis (enfermedad ocular muy contagiosa).
Síntomas de la conjuntivitis bacteriana
La conjuntivitis bacteriana es la inflamación de la conjuntiva producida por bacterias, muchas veces provenientes de otras infecciones en otras partes del cuerpo, como en oídos, senos paranasales, garganta o vías respiratorias. Por lo general, se presenta de forma aguda, puede afectar a uno o ambos ojos y es menos frecuente que la conjuntivitis de origen viral.
Los síntomas más frecuentes de la conjuntivitis bacteriana en niños son los siguientes:
- Enrojecimiento en uno o ambos ojos
- Sensación de ardor, picazón y dolor en el ojo afectado
- Una sensación arenosa en uno o ambos ojos
- Sensibilidad a la luz (fotofobia)
- Secreción en el ojo que forma una costra durante la noche, la cual puede impedir que abras un ojo o ambos a la mañana
- Lagrimeo
- Párpados hinchados y pegajosos
La fiebre no es un síntoma común, a menos que sea por alguna complicación de la misma patología o de otras enfermedades que pudieron causar la conjuntivitis.
Esta es una infección bastante contagiosa, aunque menos que la viral, pudiendo contagiar a otros niños o adultos cuando aparecen los síntomas e, incluso, 24 horas después de iniciado el tratamiento y mientras se mantenga la secreción en los ojos. Un niño se puede contagiar cuando toca algún objeto que haya tocado otro niño que padezca de conjuntivitis, o a través de la tos o estornudos.
Muchas veces, la infección empieza en un solo ojo, pero al poco tiempo, el otro ojo puede contagiarse, ya que el pequeño puede tocarse el ojo sano con la mano con la que se tocó el ojo afectado.
Tratamiento de la conjuntivitis bacteriana en niños
Una vez que hemos detectado los síntomas de la conjuntivitis bacteriana en el niño, debemos consultar con un especialista o pediatra. Este se encargará de hacer el diagnóstico y determinar la causa, para poder darle un tratamiento adecuado al pequeño.
El médico puede hacer el diagnóstico de conjuntivitis bacteriana mediante un cultivo y antibiograma. Luego, puede indicar antibióticos en gotas o pomadas, y medicación antiinflamatoria y analgésica, si hay edema (hinchazón) del ojo y dolor. Posteriormente, se le puede derivar a un oftalmólogo para su valoración y descarte de otras patologías del ojo.
Para prevenir el contagio de conjuntivitis bacteriana, se deben seguir estas recomendaciones:
- Evitar tocarse los ojos con las manos, para no contaminar el otro ojo, si aún no está contaminado.
- No compartir toallas.
- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.
- Tratar de no contaminar los objetos que tenga a su alrededor: mesas, sillas, juguetes, lápices, cuadernos, etc., ya que si lo toca otro niño o adulto es muy probable que se contagie.
- Evitar baños en piscinas con aguas sucias o no bien tratadas.
- Usar lentes oscuros, si la luz solar o artificial no es tolerable.
- Si usa lentes de contacto, no se deben usar durante la infección activa. También, se deben botar los lentes si se contaminaron.
- Al limpiar el ojo, hacerlo preferiblemente con una gasa impregnada solo en agua filtrada o fresca (previamente hervida) y botar la gasa al terminar. Luego, lavarse bien las manos con agua y jabón.
- Evitar compresas o limpiar el ojo con agua de manzanilla, ya que las bacterias se reproducen más fácilmente en ese medio dulce.
- Cambiar la ropa de cama, al menos los primeros 3 días del tratamiento.
- No automedicar.
- Consultar con su pediatra lo más pronto posible. Si al tercer día de tratamiento no hay mejoría, consultar nuevamente.
El contagio de conjuntivitis bacteriana es más frecuente en verano, cuando los niños se contagian en el agua de las piscinas. Sin embargo, también hay casos de conjuntivitis en recién nacidos. Debemos estar atentos cuando los niños se junten con otros niños para jugar o compartir juguetes. Si crees que tu hijo se puede haber contagiado de conjuntivitis bacteriana, lo mejor sería evitar que se junte con otros niños, seguir las recomendaciones para prevenir contagios y consultar con un especialista.
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