¿Por qué debes dejar de decirle “pórtate bien” a tu hijo?

  • hace 3 años

Los padres solemos decirle a nuestros hijos “pórtate bien” en casi cualquier tipo de situación que lo consideremos necesario. Es muy probable que lo hayamos exigido en medio de una rabieta, o que al llegar a un lugar se lo digamos como precaución. Pero, ¿te has puesto a pensar en qué entiende tu hijo por “portarse bien”? Para los adultos significa mantener una conducta adecuada según la circunstancia, pero es muy probable que los niños no lo entiendan de la misma forma. En este artículo, te contamos por qué debes dejar de decirle “pórtate bien” a tu hijo y qué es lo que puedes decirle para que entienda cómo comportarse.

¿Por qué debes dejar de decirle “pórtate bien” a tu hijo?

Si eres padre o madre, o estás a cargo de cuidar niños, es muy probable que les hayas dicho algunas de estas frases en diferentes situaciones:

  • “Pórtate bien”
  • “Se bueno”
  • “Si no te portas bien, nos vamos a la casa”
  • “¿Cuántas veces tengo que decirte que te portes bien?”
  • “Si te portas bien, te compro un helado”
  • “Pórtate bien o te castigo”

Estas expresiones son bastante frecuentes, pero debes saber que, en realidad, no funcionan. ¿Por qué? Muchas veces, el niño no va a entender realmente qué le estamos pidiendo cuando le decimos que se porte bien. Esa petición o esa orden se usa tan seguido que deja de tener sentido, si es que en algún momento lo tuvo. Y es que, ¿dónde está el límite entre un niño que se porta bien y uno que se porta mal? ¿Un niño se porta mal realmente o esa actitud o comportamiento puede significar que tiene hambre, sueño, o siente aburrimiento, o tiene necesidad de atención?

Lo que debemos hacer los adultos es ponernos a pensar en el sentido que le damos al “pórtate bien” y el sentido que los niños le dan a esa misma expresión. ¿Significa lo mismo para nosotros que para nuestros hijos? ¿Significa lo mismo en todos los contextos?

Claramente, el “pórtate bien” no significa lo mismo para las siguientes situaciones:

  • Cuando vamos al supermercado: Puede significar que el niño debe mantenerse a nuestro lado y no perdernos de vista.
  • Cuando vamos al dentista: Puede significar que el niño deje al médico hacer su trabajo y se quede quieto en la silla mientras lo examinan. 
  • Cuando vamos al cine: Puede significar que el niño no hable fuerte o no se levante de su asiento.
  • Cuando está en el colegio: Puede significar que el niño debe hacerle caso a los profesores y no pelear con sus compañeros.
  • Cuando estamos en casa: Puede significar que el niño no nos interrumpa en una llamada telefónica, coma toda su comida, no pelee con sus hermanos, haga sus tareas, se lave los dientes, etc.

Como vemos, existen muchísimas situaciones en las que un niño, obviamente, debe mantener una conducta adecuada. Sin embargo, con el “pórtate bien”, no estamos especificando cuál es la conducta adecuada. Entonces, lo que debemos hacer es decirle a nuestros hijos qué es exactamente lo que necesitamos de ellos o qué es lo que deben y no deben hacer, en los diferentes contextos.

Para ser precisos, es necesario explicarles a dónde vamos, para qué vamos y cómo se requiere estar en ese lugar o con esas personas.

¿Qué podemos decirle a nuestro hijo en lugar de “pórtate bien”?

En vez de usar el ambiguo “pórtate bien” o el “compórtate”, es importante explicarles a los niños de forma sencilla y clara cuál esperamos que sea su comportamiento, siempre con un tono cariñoso y desde la positividad. Es decir, evitemos el “no”. Mejor, empleemos frases en positivo

A continuación, te dejamos algunos ejemplos de lo que le puedes decir a tu hijo o hija cuando tengan que ir a distintos lugares, en donde el pequeño deba mantener un comportamiento determinado. 

  • En el supermercado: “Hijo, ahora vamos a ir a hacer las compras. Necesito que estés pendiente de mí al igual que yo lo estaré de ti, y que estés a mi lado en todo momento. Me gustaría que me ayudes y así elijamos juntos la fruta más rica. En otro momento, podemos ir a un parque en el que puedas correr y jugar un rato, si quieres”.
  • En la clínica: “Hija, necesito que me acompañes al médico. Tengo una cita importante. Allí, es necesario que no hablemos muy fuerte y que estés lo más calmada que puedas. Te llevaré unos cuadernos para que pintes, si quieres. Después, en casa, podrás jugar un rato”.
  • En el colegio: “¡Disfruta tu día en el colegio! Presta atención a todo lo que dicen tus profesores. Así, aprenderás mucho mejor. Comparte con tus amigos”.
  • En un restaurante: “Vamos a ir a comer a un lugar, en donde debemos quedarnos sentados y tranquilos. También, debemos hablar bajito. Luego, en casa, podremos jugar”.

Si los hacemos cómplices y partícipes de estas situaciones, y se las explicamos, estaremos valorando su acompañamiento activo. Esto aumenta su autoestima y potencia ese vínculo seguro entre ambos. Además, sentirán que están participando de la actividad más que cumpliendo órdenes, lo que puede ser divertido y no aburrido para ellos.

¿Por qué debes dejar de decirle “pórtate bien” a tu hijo?

Y, ¿si mi hijo no me hace caso?

Si tu hijo, simplemente, no quiere hacerte caso, existen algunos pasos a seguir para que lo haga. La idea es no ser ni muy autoritarios ni muy permisivos. Hay que ser asertivos y hablar en positivo. De esta manera, lograremos que nuestros pequeños sigan nuestras indicaciones y se comporten como queremos que lo hagan. Para ello, te recomendamos aplicar la disciplina positiva, siguiendo los 8 pasos para que tu hijo te haga caso.

Por otro lado, es buena idea emplear el refuerzo positivo cuando queramos que una buena conducta se repita. Si tu pequeño cumplió con las indicaciones que le diste, el refuerzo positivo es una buena estrategia para que siga así.

Podemos ganar mucho si eliminamos el “pórtate bien” y nos tomamos el tiempo de explicarles a nuestros hijos la situación y lo que esperamos de su conducta. Por supuesto, debemos tener en cuenta la edad del pequeño. No podemos exigirle lo mismo a un niño de 2 años que a uno de 5.

Ahora que ya sabes por qué debes dejar de decirle “pórtate bien” a tu hijo, procura comunicarte más asertivamente con él o ella y verás que los niños pueden entender muy bien lo que los adultos esperamos de ellos, siempre que nos expresemos de forma clara, con amor y empatía.

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