Los niños nacen listos para aprender. Ellos dependen de los padres, miembros de la familia y otros cuidadores, como sus primeros profesores, para desarrollar las habilidades que les ayudarán a ser independientes y llevar vidas saludables y exitosas.
La manera en la que el cerebro de un pequeño se desarrolla está influenciada fuertemente por sus experiencias con otras personas y con su entorno. Por ello, los niños crecen y aprenden mejor en un ambiente seguro, donde sean escuchados, se sientan protegidos, estén lejos del estrés y el abandono, y en donde puedan jugar y explorar libremente.
Para ahondar en este tema tan importante, conversamos con los especialistas de Aporta, quienes impulsan su proyecto “Volar”, el cual apuesta por el desarrollo infantil en zonas vulnerables.
¿Cómo se construye y desarrolla el cerebro?
Desde el embarazo hasta los tres primeros años de vida, se forma aproximadamente el 85% de la arquitectura cerebral de una persona. Esta sostendrá las habilidades cognitivas y socioemocionales del individuo. Es decir, son las bases para los aprendizajes actuales y futuros. Por ello, el desarrollo integral de las personas depende mucho de esta primera etapa.
Las experiencias de vida –positivas y negativas- en los primeros 1000 días de un bebé influyen en la forma y calidad de las las conexiones y circuitos neuronales que servirán como base para su aprendizaje. Este es un período crítico y sensible para aprender. Por esta razón, la crianza debe ir de la mano de mucho afecto e interacciones que fortalezcan estos aprendizajes. Los cerebros "flexibles" de los niños brindan una oportunidad única para crear una base sólida sobre la cual construir por el resto de sus vidas.
¿Por qué es importante fortalecer el cerebro de los niños?
Cuando construimos una casa, por ejemplo, necesitamos asegurarnos de que las bases sean sólidas para que todo lo que se construya sobre ella no se caiga ni se dañe. Lo mismo pasa con el cerebro de los niños. Al fomentar el desarrollo de su arquitectura cerebral les damos más y mejores oportunidades en el futuro.
Por el contrarío, si un bebé está expuesto a situaciones tóxicas y/o no le prestan la debida atención, se genera en su cerebro estrés tóxico. El estrés tóxico produce daños irreversibles en el desarrollo cerebral de un bebé, interrumpiendo las conexiones neuronales en su momento más importante.
Los cuidadores de niños tienen que evitar estas situaciones y atender con amor y prontitud a las necesidades y llamados de atención del bebé. Por ejemplo, una situación que genera estrés tóxico se da cuando el pañal del bebé no es cambiado oportunamente.
¿Cuál es el papel de los padres en el desarrollo cerebral de sus hijos?
Los cuidadores, sean estos padres, madres, tías, abuelos o el adulto significativo del bebé (quien pasa mayor tiempo con él) son los responsables principales del desarrollo cerebral del niño, pues es mediante las experiencias que vive con él que podrá construir un mejor comienzo en la vida.
Se trata de “servir y devolver”, los bebés intuitivamente van a balbucear o realizar gestos para comunicarse y es fundamental que su cuidador responda de forma significativa y dirigida. Por ejemplo, cuando un bebé señala o mira un objeto con atención y su cuidador dice el nombre del objeto, el bebé forma una conexión entre este sonido y el objeto. Así, se inicia el proceso de las habilidades del lenguaje.
¿Cómo lograr un óptimo desarrollo cerebral en un niño?
A través del juego y las rutinas del día. Cada momento cuenta: cuando lo alimentas, durante su baño o incluso si estás limpiando un espacio y el pequeño te está observando. Todos estos son momentos que pueden ser aprovechados para generar interacciones de calidad.
Para ello, es importante que los cuidadores tengan en cuenta lo siguiente: Observar, responder y esperar.
1. Observar: Estar atentos a los balbuceos, expresiones faciales y gestos que los bebés hacen. Este es el punto de inicio para entenderlos e impulsar el desarrollo de su cerebro. Además, al mirarse mutuamente se genera un vínculo afectivo importante para su desarrollo socioemocional.
2. Responder: Hacerle caso cuando algo llama su atención para extender sus conocimientos y la forma en la que va entendiendo su alrededor. Responde con todo tu cuerpo y voz: si lanza una pelota, regrésala; si te sonríe, tú sonríe de vuelta.
3. Esperar: Aunque al principio no parezca, ellos entienden todo lo que sucede a su alrededor (o están aprendiendo a hacerlo). Los bebés están en un proceso de aprendizaje constante, por lo que debes tener paciencia. Tu pequeño te responderá a su propio ritmo y con sus propias maneras o estrategias de lenguaje que va descubriendo. Conforme van creciendo, este intercambio de miradas y sonidos se convertirán en conversaciones.
Aprovecha todos los momentos que pasas con tus hijos. Volar pone a disposición de las familias herramientas y consejos fáciles de aplicar a la rutina diaria.
¿Qué factores son importantes en el desarrollo cerebral?
Existen 5 aspectos fundamentales para lograr un optimo desarrollo integral:
- Nutrición adecuada.
- Salud física y mental.
- Ambiente seguro y protegido.
- Vínculos afectivos que formen el apego seguro.
- Interacciones frecuentes que fortalezcan su aprendizaje temprano.
¿Es posible “remediar” en caso los padres no hayan estimulado el cerebro de sus hijos en los primeros años de vida?
La evidencia demuestra que las intervenciones realizadas en los tres primeros años de vida tienen un efecto hasta tres veces mayor que las intervenciones realizadas en otras etapas de la vida. Esto quiere decir que sí, es posible modificar ciertos comportamientos, conocimientos o actitudes más adelante en la vida de una persona, pero no se igualará al impacto de tener un buen comienzo.
Tener un buen inicio en la vida brinda la oportunidad para que un individuo tenga mejores logros educativos, mayores oportunidades laborales, reducción de conductas de riesgo y una mejor calidad de vida.
¿Cuáles son los mitos más conocidos sobre la crianza de los niños?
Los estudios arrojan que 1 de cada 3 peruanos considera que los bebés no son personas hasta que caminan o hablan, y que el 43% de padres y madres peruanas considera que sus hijos no son capaces de aprender entre los 0 y los 3 años. Este es uno de los mitos más preocupantes, ya que el 85% del cerebro humano se forma durante este periodo de vida.
Existe una discrepancia entre lo que dice la ciencia del Desarrollo Infantil Temprano y la forma en la que los peruanos entienden la infancia temprana. No reconocer a los niños condiciona la forma en la que adultos e infantes se relacionan e interactúan, lo cual impacta directamente en su desarrollo cognitivo y emocional.
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