Abordemos el tema de frente: Puede ser que tu pequeño presente una erección durante el baño o el cambio de pañal y empiece a jugar con su pene. Ante esta situación es importante saber cómo reaccionar, por ello, primero debes conocer cuál es la verdadera razón que lo impulsa a hacerlo.
En primer lugar, debes tener en cuenta que no se trata de masturbación, tu pequeño no está en edad de darle una connotación sexual a sus actos; él está descubriendo muchas cosas del mundo que lo rodea y las partes de su cuerpo no son la excepción.
Entonces, la verdadera razón es la novedad de descubrir una parte que había estado escondida unos cuantos meses y a veces, incluso, un par de años. Cuando los pequeños juegan con sus genitales descubren que les produce placer y simplemente por esto decidirán tocarse o rozarse. No te alarmes y toma nota de cómo deberías reaccionar cada vez que lo hagan:
1. No prohibas que lo haga, está jugando
Para nosotros como adultos, que el niño se toque los genitales a veces tiene un componente sexual, pero para el pequeño no. Es conveniente que no se lo prohíbas ni le digas que son "cosas feas" o "sucias", ya que con esto lo único que harás será que siga haciéndolo, pero a escondidas.
2. Cambiar el contexto/situación
Algunos niños pueden tocarse en lugares públicos e incluso en la clase, y es mejor evitarlo. Para ello hay que enseñarles dónde y cuándo pueden hacerlo, según el concepto de intimidad que tenga la familia. Lo mejor es explicarle que nuestro cuerpo es solo nuestro y que es mejor hacer ciertas cosas en la seguridad del hogar y la familia.
3. Ni ignorarlo ni distraerlo
Muchos padres y madres optan por ignorar la conducta del pequeño o distraerlo con alguna otra actividad. Esto no va a impedir que siga explorando, si no que trasladará esta acción a otros momentos y contextos. Esto puede repercutir en la confianza que tenga el niño o niña a la hora de hablar de dudas relacionadas con su intimidad.
4. Es parte de aceptarse y conocerse
El niño desde pequeñito debe aprender a aceptarse y a conocerse. Los padres deben estar a su lado en este proceso, ayudándole a resolver las dudas que le puedan surgir y tratando todos los asuntos con la máxima naturalidad posible. En caso de que nos plantee una duda que no sepamos resolver, también es conveniente que se lo digamos. Si les mentimos, podemos perjudicar su confianza.
5. Educar abiertamente en la sexualidad
Desde que nacemos somos sujetos sexuados, no podemos evitarlo. Por este motivo, la sexualidad comienza desde el nacimiento. Puede parecer extraño, pero es cierto. El cariño, el afecto, las expresiones, las emociones, la autoestima, las habilidades sociales, todo está relacionado con nuestra sexualidad, así que debemos intentar naturalizarlo. Podemos ayudarnos de películas, de series o de escenas de la vida cotidiana para enseñarle a nuestro hijo los valores que están detrás de un beso, una caricia, o un "te quiero".
En este punto es importante que sepas "¿Cuál es la edad indicada para hablarle de sexualidad a los niños y cómo hacerlo?"
Ahora ya sabes que no debes alarmarte cuando tu pequeño empiece a explorar sus genitales, es normal que lo haga y recuerda: no le llames la atención.
Fuente: serpadre.es
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