¿Sabes cada cuánto deberías visitar al pediatra?

  • hace 3 años

La llegada de un hijo a la familia trae consigo, además, una rutina de prevención y cuidados. Una vez superados la emoción y el alegre “caos” del momento, es de vital importancia que los padres sepan qué pasos deben seguir en el tratamiento y la salud del recién nacido.

El primer control debe ser entre los 5 y 10 días de nacidos. Posteriormente, los controles serán mensuales durante el primer año, y hasta los 2 años, serán trismestrales. Pasado este tiempo, los controles son semestrales hasta los 5 años, luego solo serán anuales. Por supuesto, si antes de ese periodo surgen dudas, alergias o enfermedades, la visita al pediatra debe ser inmediata.

Principales motivos para visitar al pediatra

Llanto

Todos sabemos que el llanto es la manera natural de comunicarse de los bebés cuando tienen alguna necesidad vital o molestia: hambre, frío, calor, sed, pañal sucio, etc. Y si le solucionamos el problema, se quedan tranquilos. Sin embargo, si el llanto no se calma con nada, debes acudir al pediatra.

Antes de alarmarte, intenta darle de lactar, cargándolo en diferentes posturas, darle el chupón, meciéndolo, o revisando que no tenga el pañal sucio. También puedes ponerle ropa más ligera o más abrigada. Los bebés también suelen llorar cuando tienen calor o frío.

Si el llanto no cesa o es apagado (débil) o inusualmente agudo, puede que tu pequeño esté muy enfermo. Asimismo, aunque no esté llorando, si parece estar molesto, más inactivo de lo habitual y cuesta despertarlo, tienes que acudir a su médico para ser evaluado.

Deposiciones

Un bebé sano debe mojar, aproximadamente, seis pañales al día y debe tener un hábito deposicional regular. Tú conoces a tu bebé y sabes cada cuanto hace sus necesidades. Debes estar atento a cualquier cambio inusual.

Si la barriga de tu pequeño no está dura, tiene aspecto normal y come adecuadamente no tienes porqué preocuparte. Sin embargo, si tu hijo no orina en más de 12 horas o realiza heces blancas, negras o con sangre tienes que llevarlo al pediatra inmediatamente.

Dificultad para respirar

Tú ya conoces a tu bebé y sabes cual es su forma natural de respirar. Si notas que su respiración es rápida, con dificultad o escuchas algo inusual acude al pediatra de inmediato.

Fiebre

Cuando un bebé tiene fiebre, es señal de que está enfermo. Si bien la fiebre en sí no es motivo de alarma, si debes prestar atención a otros síntomas. Un bebé puede tener poca fiebre y estar muy enfermo o fiebre alta y tener una enfermedad leve. Sin embargo, si tu bebé tiene menos de 3 meses, si la fiebre no baja con antitérmicos o bien si tu pequeño se ve enfermo, debes acudir a su pediatra para que lo revise.

Si tu hijo tiene más de 3 meses y tiene fiebre, pero no se le ve mal, enfermo o decaído, y la fiebre va bajando con los medicamentos, mantenlo en observación durante un día para ver si aparece algún otro síntoma.

Cambios de humor

Los bebés sanos suelen estar contentos y tranquilos. Si ves que tu hijo no está mal o incómodo, es poco probable que esté enfermo o, si lo está, no es grave. Pero si notas que está apagado, sin energía o inquieto, debes ir al pediatra para una evaluación que descarte alguna enfermedad.  

Cambios en el apetito

Si notas que tu bebé se cansa fácilmente al lactar o pierde el interés en seguir comiendo y notas que está alimentándose cada vez menos, debes ir al pediatra. Es probable que esté enfermo y por eso ha perdido el apetito. Si además hay vómitos o aumento de regurgitaciones debes llevarlo al doctor de inmediato.

Recuerda que todos los bebés son diferentes y solo los padres saben cuando está pasando algo inusual. Ante cualquier duda, acude al pediatra para que estés tranquilo y se descarte algún problema grave.

Cada cuánto tiempo debe realizarse una visita al pediatra

 

Consejos a la hora de ir al pediatra

La visita al pediatra suele poner a los padres nerviosos, sobre todo si le ocurre algo al bebé. Es probable que olvides lo que quieres preguntar o que no sepas qué tienes que llevar. Por ello, te damos las siguientes recomendaciones.

  • Lleva siempre la cartilla de vacunación y su control de crecimiento.
  • Anota en un papel todas las dudas y consultas que quieras hacerle al pediatra.
  • Viste a tu pequeño con ropa fácil de quitar y poner. Esto le facilitará la revisión al especialista.
  • Lleva pañales extra y una muda de ropa. Esto siempre lo debes tener en cuenta, ya que nunca se sabe cuando tu bebé pueda ensuciar su pañal o su ropa.
  • Trae su juguete favorito. Así no se aburrirá o tendrás con qué distraerlo si se pone inquieto.
  • Lleva su leche, algo de comer o beber por si la espera es más larga de lo previsto.
  • Si el bebé aún lacta, la mamá debe estar con ropa cómoda que le permita dar pecho al bebé en cualquier momento.

¿Cuándo debo ir al pediatra?

Como madre o padre, debes saber en qué circunstancias acudir a emergencias para que revisen a tu pequeño. Las más frecuentes son:

  • Problemas respiratorios. Si tu hijo no puede respirar, hace ruidos al inhalar o exhalar, o tiene los labios morados o la piel muy pálida debes acudir de inmediato a un centro de salud para descartar los diagnósticos más frecuentes. Estos pueden ser bronquiolitis, bronquitis, asma, laringitis o neumonía.
  • Fiebre. Si la fiebre ha durado más de una semana o está acompañada de manchas rojas (petequias) o con un mal estado general del niño, debes ir a emergencias.
  • Vómitos y diarrea. Sobre todo las que no cesan en más de 24 horas. Más aun cuando tu hijo está deshidratado o con ausencia de baba, piel seca, ojos hundidos, somnolencia o irritabilidad y no orinar.
  • Traumatismos. En especial los traumas craneales (golpes en la cabeza) en menores de 5 años, las posibles fracturas en extremidades o los traumatismos abdominales o torácicos de mucha intensidad. Aunque piensen que el golpe ha sido leve, si tu pequeño se queja de dolor o malestar, tienes que ir a emergencias. 
  • Cortes o heridas en la piel. Los cortes que necesiten sutura (puntos) deben ser atendidos en un centro de emergencias.
  • Llanto incesante. Si tu bebé no se calma con nada, acude a emergencias.
  • Sospecha de intoxicación. Ya sea por medicamentos o productos de limpieza, de ingesta de un cuerpo extraño (una moneda, un juguete pequeño) o lesión ocular.

Recuerda que ante cualquier eventualidad que no sepas resolver, acude a un centro de atención médica. Siempre es mejor que tus hijos sean revisados por un especialista y tus dudas sean resueltas por su pediatra.

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