Los niños suelen ser bastante flexibles, mucho más que la mayoría de los adultos. Esto puede llamar la atención si hablamos de una condición llamada hiperlaxitud articular, en la cual el niño tiene excesiva movilidad de sus articulaciones producto de una elasticidad aumentada de los tejidos. Sin embargo, cuando a esa hiperflexibilidad se le suman otros síntomas, se habla del síndrome de hiperlaxitud articular, el cual puede repercutir en la salud del pequeño. A continuación, te contamos sobre sus síntomas y cómo puede afectar a los niños.
¿Sabes qué es el síndrome de hiperlaxitud articular? Te contamos sobre sus síntomas y cómo puede afectar a los niños
Se dice que un niño tiene hiperlaxitud articular cuando sus articulaciones son capaces de moverse más allá de lo considerado normal, debido a un aumento de la elasticidad de los tejidos que las rodean. Esto podría darse por una alteración en el colágeno, proteína presente en tendones y ligamentos, que provoca que las fibras de estos sean más delgadas y con menor rigidez, lo que permite la hipermovilidad de la articulación.
La hiperlaxitud articular, conocida también como síndrome de Ehlers Danlos, es habitual y transitoria en la mayoría de los niños menores de cinco años y va disminuyendo con la edad. Sin embargo, un 2% de los casos continúa con esta hipermovilidad excesiva por más tiempo.
Síntomas de hiperlaxitud articular y cómo puede afectar a los niños
Los síntomas de la hiperlaxitud articular suelen aparecer entre los tres y seis años de edad. En la mayoría de los casos, este síndrome no causa problemas y no requiere tratamiento. De hecho, otorga ciertas ventajas en actividades deportivas que requieren flexibilidad, como la gimnasia y el ballet.
Los niños con hiperlaxitud articular en una o más articulaciones suelen tener la elasticidad suficiente como para abrirse de piernas totalmente, extender los dedos de su mano hacia atrás, tocar el antebrazo con el pulgar, mover los codos y muñecas de forma exagerada, tocarse la cabeza con los pies, etc. Es decir, logran hacer contorsiones y adoptar posturas que no son posibles para la mayoría de las personas.
Sin embargo, este síndrome puede producir dolor articular y muscular, sobre todo, en los miembros inferiores. Esto puede generar una mayor predisposición a esguinces y luxaciones, entre muchas otras manifestaciones, como:
- Dolores articulares y de huesos, incluyendo dolor en la columna (escoliosis) y los llamados “dolores de crecimiento”
- Debilidad muscular
- Esguinces, subluxación, luxaciones, tendinitis o lesiones recurrentes
- Bruxismo o problemas en la mandíbula
- Problemas en las caderas, rodillas y pies planos laxos
- Lumbago o dolor en la zona lumbar (espalda baja)
- Torpeza motora
- Retraso del desarrollo psicomotor
- Acortamientos musculares
- Cansancio o debilidad
Por lo general, las personas con hiperlaxitud también pueden tener una postura particular que las hace ver más encorvadas, además de mostrar un incremento de la curva de la zona lumbar (hiperlordosis). También, pueden presentar rodillas juntas y desplazadas hacia atrás, y pies planos con talones que se desvían hacia dentro.
Tratamiento para la hiperlaxitud articular en niños
Una vez que el niño ha sido diagnosticado con síndrome de hiperlaxitud articular, los especialistas deben indicar el tratamiento específico para el pequeño, ya que no todos tendrán el mismo grado de hiperlaxitud ni los mismos síntomas.
Por otro lado, se le puede recomendar realizar actividad física de forma regular, ya que esto mejora el estado cardiovascular y el desarrollo muscular, lo que favorece el control, coordinación y estabilidad articular. Sin embargo, es necesario prevenir el dolor y las lesiones evitando las actividades o movimientos que excedan los rangos normales y provoquen elongación excesiva, y dolor. En todo caso, se pueden modificar los ejercicios y reemplazar ciertos movimientos por otros más adecuados para el niño.
Para estos casos, los ejercicios más recomendados por los expertos son la natación, la bicileta y el yoga para niños; y los que se deben evitar son los deportes de contacto, que tienden a producir esguinces recurrentes y problemas por la extensión excesiva de las articulaciones.
Otras medidas correctivas para los niños con hiperlaxitud articular son el uso de plantillas, en aquellos que presentan pie plano; órtesis protectoras que aporten estabilidad y limiten los movimientos, o el desarrollo de un programa de ejercicios de fortalecimiento específicos para atender las distintas necesidades del pequeño. Estos ejercicios ayudan a aumentar la fuerza muscular y a disminuir la flexibilidad de las articulaciones.
Si crees que tu hijo puede tener el síndrome de hiperlaxitud articular, consulta con un reumatólogo pediátrico. El especialista, luego de examinar a tu pequeño, podrá dar con un diagnóstico y un tratamiento para su condición. Si bien es importante ser más cuidadosos, no se debe excluir al niño de las actividades. En todo caso, lo mejor es que haya comunicación entre profesores, entrenadores y padres para trabajar en conjunto.
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