Se estima que más de 70 millones de personas alrededor del mundo se ven afectadas por un trastorno alimenticio y, aunque se piensa que afecta más a las mujeres jóvenes y adolescentes, hay un porcentaje considerable de varones y niños que sufren alguno. Existen diversos factores que los desencadenan y se consideran graves porque tienen consecuencias físicas, pero también psicológicas y sociales. De hecho, los expertos los consideran psicosomáticos, y los engloban en la categoría de trastornos mentales.
Para ayudarnos a identificarlos y, por supuesto, a prevenirlos, conversamos con la doctora Sofía Arca, especialista de Docte, quien nos ayudará a estar alertas y además noc contará sobre ocho trastornos alimenticios que quizá no conocías y cómo darnos cuenta de que alguien los está padeciendo.
Cómo prevenir un trastorno alimenticio
Para combatir eficazmente un trastorno alimenticio, lo mejor es tener una detección temprana del mismo y contar con la ayuda de profesionales y especialistas para llevar un tratamiento adecuado y seguimiento psicológico. Sin embargo, la prevención de los trastornos alimenticios desde la infancia es clave. Una buena educación dietética, desde pequeños, ayuda a prevenir su aparición en la adolescencia y adultez.
Para prevenir la aparición de trastornos alimenticios, en el ámbito familiar, educativo y social, desde la infancia, debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Enseñar a los niños, desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la importancia de tener buenos hábitos alimenticios.
- Comer en familia, siempre que sea posible.
- Procurar que las horas de comer siempre sean las mismas.
- El momento de comer debe ser de tranquilidad. Evitar los temas de conversación incómodos o negativos a la hora de comer.
- Procurar que el menú sea variado e incluir todos los tipos de alimentos necesarios para una correcta nutrición, limitando el consumo de dulces y azúcares refinados o comida chatarra (rápida).
- Elegir alimentos naturales, como las frutas, verduras, menestras, etc.
- No hacer comentarios (ni buenos ni malos) hacia sus cuerpos ni el de otras personas. Los niños no deben tener un referente de lo que es un cuerpo “bonito” o un cuerpo “feo”. Ni siquiera deben fijarse en eso.
- Fomentar su autoestima. Es importante que se sientan seguros y a gusto consigo mismos.
- Reforzar su autonomía y estimularle para que tenga sus propias opiniones, y así resulten menos vulnerables a los mensajes de los medios de comunicación y la publicidad. Esto evitará futuros complejos.
- Evitar conversaciones sobre dietas restrictivas o “bajar de peso” o “subir de peso”.
- Explicar a los niños los mensajes sobre estética o “belleza” y alimentación que se muestran en los medios de comunicación, razonando lo que es cierto y lo que no, y enseñándoles a valorar la salud por encima de los condicionamientos estéticos.
- Animarlos a realizar actividad física y deporte, explicándoles que es bueno para su salud.
- Establecer una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que los niños y niñas se sientan seguros y seguras de hablar de lo que sea que les preocupa o les causa duda.
La prevención en la infancia es la mejor forma de evitar pasar por trastornos alimenticios. Sin embargo, una vez que se ha presentado alguno, es necesario saber cómo detectarlo.
8 trastornos alimenticios que quizá no conocías y cómo prevenirlos
Cuando se habla de trastornos alimenticios, seguramente, los primeros que se te vengan a la cabeza son la anorexia y la bulimia. Sin embargo, aunque estos son los más conocidos, lo cierto es que existen muchos más.
1. Ortorexia
La ortorexia es un trastorno alimenticio al que cada vez se van sumando muchas más personas. Este consiste en tener una obsesión por la ingesta de comida saludable. El control meticuloso que tienen sobre todos los alimentos, las cantidades que toman, las calorías, grasas, proteínas que tienen, provoca que la vida de las personas que sufren ortorexia gire alrededor de su preocupación por comida saludable.
2. Vigorexia
Otro de los trastornos alimenticios que está siendo cada vez más conocido, es vigorexia o también llamado «síndrome de Adonis» o «anorexia inversa». En este caso, hay una obsesión por lucir músculos notables, definidos y un físico fuerte. Las personas con vigorexia se obsesionan por una ingesta alta de proteínas con el fin de definir su cuerpo. También, consumen anabolizantes y pasan gran parte de su tiempo en el gimnasio con el fin de aumentar sus músculos.
3. Permarexia
Aunque muchos no consideran que la permarexia sea un trastorno alimenticio, sino más bien una conducta de riesgo, lo cierto es que las personas que la padecen sufren una obsesión por las dietas y los regímenes. Estas personas pasan de una dieta a otra con el fin de mantenerse delgadas. Su obsesión las lleva a adquirir malos hábitos alimenticios que afectan a su salud. Puede derivar en anorexia o bulimia.
4. Potomanía
Ingerir agua es saludable, aunque no siempre es necesario beber los dos litros diarios recomendados. Todo depende de la actividad física que hagamos y de las necesidades de nuestro cuerpo. Las personas que sufren potomanía tienen una excesiva obsesión por beber agua, incluso cuando no tienen sed. Contrariamente a lo que se pueda pensar, un exceso de agua en el cuerpo puede provocar problemas, como la saturación de la función de nuestros riñones.
5. Pregorexia
Este trastorno solo afecta a las mujeres embarazadas que empiezan a realizar dietas y rutinas con el fin de mantenerse delgadas. Esto no sería un inconveniente si no dejasen de comer lo necesario para que el feto se desarrolle en buenas condiciones. El miedo a engordar provoca que pongan en riesgo a su bebé. En un futuro, estas madres suelen padecer anorexia.
6. Pica
Este trastorno alimenticio afecta a los más pequeños y se caracteriza por ingerir sustancias no comestibles, como por ejemplo, tierra, papel, hormigas, bicarbonato, etc. No todos los niños desarrollan pica, ya que este trastorno está relacionado con desórdenes del desarrollo y alteraciones cognitivas.
7. Manorexia
Este trastorno suele identificarse con los hombres, por lo que se conoce también como anorexia masculina. Si sufres manorexia, querrás ejercitar tu cuerpo, hacer dietas y seguir ayunos que no beneficiarán a tu cuerpo. Todo ello con el fin de mantener tu cuerpo delgado. Suele afectar a aquellas personas que se dedican a la moda o deportes, como las carreras de caballo, en los cuales tener una figura esbelta se considera importante.
8. Drunkorexia
La drunkorexia tiene muchos seguidores adolescentes que intentan contrarrestar la ingesta calórica de alcohol dejando de ingerir alimentos. Esta práctica es muy perjudicial para el organismo. No olvidemos que el impacto que el alcohol tiene en nuestro cuerpo sin alimentos es mucho mayor. Los adolescentes que padecen este trastorno sufren una ligera adicción al alcohol, seguida de una excesiva preocupación por el aspecto de cuerpo.
Es importante conocer los distintos trastornos alimenticios para poder detectarlos a tiempo. La comunicación y confianza entre padres e hijos es clave, pero también la información que dejamos que ellos consuman. Por ello, es necesario formarlos, desde pequeños, con una fuerte autoestima y enseñándoles a valorar la salud por encima de los condicionamientos estéticos.
Fuente: Docte.pe
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