Cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse con niños con autismo

  • hace 2 años

Los niños con autismo suelen ver el mundo como un lugar amenazante y abrumador, por lo que suelen desarrollar habilidades para ayudarlos a desentenderse de la sobreestimulación del medio ambiente. Entonces, jugar con otros niños se convierte en un dilema. ¿Hay que dejarlos solos? ¿Cómo se puede jugar con ellos? ¿Cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse con niños con autismo? 

El juego y la interacción con otros niños es muy importante, pero en el caso de los pequeños con este trastorno, la separación y en ensimismamiento es lo que los caracteriza, y por tanto, dificulta las relaciones interpersonales. Siendo así, hay formas de interactuar con ellos, pero siempre con cautela y respetando sus tiempos. A continuación, te dejamos algunos consejos. 

Cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse con niños con autismo

El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) afecta a la persona durante toda su vida y se manifiesta antes de los 3 años de edad. Se caracteriza por deficiencias en la comunicación y las relaciones sociales; por la alteración de los patrones de comportamiento, y por intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados.

Es importante que nuestros pequeños y pequeñas sepan que hay personas (y niños) con este trastorno y que sepan cómo interactuar con ellas. Para ello, te dejamos algunos consejos de cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse con niños con autismo. 

Pide permiso para agarrar o mover sus cosas

Una peculiaridad del autismo es la preocupación por preservar el entorno siempre igual, sin variaciones. Estos pequeños tienen una hipersensibilización al cambio, por lo que pueden presentar malestar ante modificaciones que pueden parecer sutiles o irrelevantes para otras personas, pero que para ellos es muy importante. Por ejemplo, pueden sentir malestar cuando sus juguetes favoritos no están en su sitio o cuando su silla ha sido movida unos centímetros.

Hay que decirle a nuestros hijos que, cualquier cambio que hagan alrededor del niño con autismo o juguete que quieran agarrar, se lo comuniquen y expliquen. Si no se les avisa o se pide “permiso” de esos cambios, pueden reaccionar de manera exagerada y hasta llegar a autolesionarse.

Explícale tus emociones

Los niños con autismo padecen lo que se conoce como ceguera mental. Un término basado en la teoría de la mente, que se refiere a la incapacidad para atribuir estados mentales a sí mismo y a los demás. Esto está muy relacionado con la falta de empatía. Es decir, no saben leer las emociones, ni tampoco expresar las propias.

Por esta razón, para relacionarse con una persona autista adecuadamente es esencial la paciencia y la comprensión, dos virtudes que hay que inculcar en nuestros hijos. Hay que explicarles que, para socializar con un niño o niña con este trastorno, es fundamental explicarle cómo nos sentimos y el porqué de nuestras emociones. De esta forma, mejoramos la interacción y el entendimiento.

Cómo enseñar a nuestros hijos a relacionarse con niños con autismo

Acércate con respeto y amabilidad

Los niños con autismo pueden requerir una mayor cantidad de espacio personal, por lo que hay que encontrar una proximidad física con la que nuestros hijos y el niño se sientan cómodos. Ojo: esto puede cambiar de un día para el otro. Puede haber momentos en los que el niño esté buscando estimulación y desee abrazos y sentarse muy cerca a la otra persona, mientras que en otras ocasiones el niño puede estar evitando la estimulación y puede necesitar más distancia. 

Muchas veces, la cercanía y el contacto pueden ser amenazantes. Aconséjales a tus hijos que se tomen un minuto para interpretar las necesidades sensoriales del niño con autismo antes de invadir su espacio. El pequeño a menudo dará pistas, así que hay que ser paciente y experimentar con las distancias y espacios. 

Entra a su mundo en vez de querer presentarle un nuevo juego o juguete

Jugar con el niño o niña e interactuar con su actividad preferida puede resultar más cómodo para él o ella. Cuando tu hijo o hija le pregunte qué quiere jugar o qué está jugando, dile que observe lo que le señale su compañero. Los niños con autismo pueden o no usar el lenguaje para hablar, pero eso no significa que no sean capaces de comunicarse. Hay que ponerle atención a sus gestos, señales, lenguaje corporal y expresiones faciales. Los niños y niñas que no son verbales son capaces de entender el lenguaje y son a menudo brillantes y creativos.

Pueden no jugar a lo mismo y estar juntos

El juego paralelo tiene un gran valor para estos pequeños. Jugar al lado de otro niño o niña que parece ignorarle es tremendamente significativo para él o ella. Así que, anima a tus hijos a jugar en el mismo espacio, aunque parezca que no pasa nada. 

Que no se rinda fácilmente si el niño o niña no le presta atención. Los pequeños con autismo pueden tener dificultad para dividir su atención, pero la presencia se siente todavía y si se es paciente, valiosas habilidades de juego se pueden intercambiar y demostrar durante estas interacciones.

Enséñale cómo jugar 

Los niños y niñas con autismo pueden requerir una demostración de cómo jugar con un juguete. Las habilidades de juego pueden no ser naturales para estos pequeños, por lo que pueden beneficiarse de un compañero o un adulto que los ayude a jugar con un juguete u objeto.

No hay que asumir que simplemente no quieren jugar con el juguete. Puede que no sepan cómo hacerlo. Eso sí, los niños con autismo tienden a aprender visualmente, así que hay que hacer más demostraciones de cómo se hace y no explicarlo tanto con palabras. 

Respeta su autoestimulación

Realizar conductas autoestimulatorias (repetitivas y estereotipadas) es un síntoma característico de este trastorno. Por ejemplo, el balanceo, aplaudir, dar vueltas a los objetos, ponerse siempre la misma ropa, manifestar una obsesión constante al hablar del mismo tema o repetir palabras que ha escuchado (ecolalia). Muchas veces, estos comportamientos son persistentes y con el tiempo suelen agravarse.

Su función es proporcionar al niño autista de retroalimentación sensorial o cinestésica. Pero, ¡ojo! Para relacionarse con una persona autista de manera adecuada, hay que tener en cuenta que cortarle o interferir en ese momento de automatismo puede ser contraproducente. Es más conveniente ignorar sistemáticamente o reforzar otro tipo de conductas que motiven al niño.

Respeta sus tiempos y rutinas

A la hora de relacionarse con una persona autista, se deben tener en cuenta las costumbres y las actividades que realiza, respetando sus tiempos, su espacio y su manera de ejecutarlas. Hay que recalcar a nuestros pequeños y pequeñas la importancia de respetar los tiempos y rutinas del niño o niña, y no interferir en ellas. 

Es importante que nuestros hijos e hijas sepan que hay niños con este trastorno y cómo interactuar con ellos. Con estos consejos, tus pequeños sabrán cómo llevar una buena relación con niños con autismo y aprenderán juntos uno del otro. La inclusividad es un valor muy importante a esta edad, y somos los adultos quienes debemos promoverla.

Fuente:

https://lamenteesmaravillosa.com

https://thegeniusofplay.org

Anterior
Siguiente »

    Comentarios