9 consejos para enseñarle a tus hijos a defenderse sin usar la violencia

  • hace 2 años

Resolver los conflictos sin agredir al otro es algo que debemos enseñarle a los niños desde que son pequeños. Saber manejar sus emociones y controlar sus impulsos les va a ayudar a nuestros hijos a lo largo de sus vidas y en diferentes situaciones. La inteligencia emocional es un factor crucial para el buen desarrollo de sus capacidades y relaciones interpersonales. Por esta razón, es muy importante que les demos las herramientas necesarias para saber defenderse sin usar la violencia.

9 consejos para enseñarle a tus hijos a defenderse sin usar la violencia 

El acoso escolar o bullying puede llegar a situaciones extremas de violencia psicológica y física, lo que puede generar consecuencias, muchas veces, fatales. Sin embargo, dentro y fuera de la escuela, en el parque, en una fiesta infantil, y en cualquier parte pueden ocurrir situaciones en las que los niños se peleen. En muchas de estas ocasiones, no podremos estar presentes para evitar que se lastimen o que recurran a la violencia. Por eso, es nuestra responsabilidad enseñarles, desde que son pequeños, formas de defenderse y resolver los problemas sin la necesidad de agredir al otro. 

A continuación, te dejamos algunos consejos para enseñarle a tus hijos a defenderse sin usar la violencia. ¡Toma nota!

1. Muéstrale el valor de la tolerancia

La principal razón por la que ocurren situaciones de violencia entre los niños es por las diferencias que ellos perciben y la falta de tolerancia. Es por esto que hay que enseñarles a los niños a aceptarse, a apreciar su identidad, su raza, su familia y su propio yo. De esta manera, sabrán que cada persona es un mundo y que debemos tratar a todos por igual. 

2. Demos el ejemplo

No podemos pretender que nuestros hijos respondan sin violencia, si nosotros mismos no lo hacemos. Recuerda que los niños actúan por imitación y, muchas veces, las actitudes que toman las han visto en casa o en otro lado. Para que nuestros pequeños no lo hagan, no hay que burlarnos de otros ni expresarnos con violencia cuando alguien vulnere nuestros derechos. Por ejemplo, si estamos en la fila del supermercado y alguien se pone delante, actúa y reclama tu derecho sin ser agresivo. Recuerda: tu hijo te está viendo.

3. Dale mucho amor

Por más agresivo que sea un niño, sigue siendo un niño. Hay que tratar de entenderlos. Muchas veces, un niño agresivo o niña agresiva es así porque vive o convive en un entorno en donde hay violencia. Por ello, es muy importante evitar actuar con agresividad frente a ellos y darles mucho cariño. Un niño que se siente querido y aceptado en el círculo familiar puede tener más posibilidades de éxito en sus interacciones sociales.

4. Escucha lo que tiene que decir y dale apoyo

Si tu hijo o hija llega a casa y te cuenta que sufre algún tipo de acoso, que alguien le ha estado molestado o que una situación le incomoda, no le ignores. Puede que para un adulto esto sea “cosas de niños”, pero el bullying es una realidad y no debemos dejar de atender a las señales. Además, es importante para nuestros hijos sentirse escuchados.

Si es el caso, debes escuchar lo que ha ocurrido, preguntarle cómo lo ha gestionado y, sobre todo, saber si ha sido algo puntual o un comportamiento que se repite continuamente. Ojo: esto debes hacerlo tanto si tu hijo es el abusado o si es el abusador. De cualquier forma, hay que comunicarnos con los profesores y directores para llevar un seguimiento de los comportamientos que se están dando en el colegio. 

9 consejos para enseñarle a tus hijos a defenderse sin usar la violencia

5. Enséñale a expresar sus sentimientos sin agresividad

Desde muy pequeños, los niños y niñas suelen actuar por instinto y, generalmente, se defienden con agresividad, utilizando su cuerpo: mordiendo, empujando, gritando, golpeando, etc. Estas actitudes, si no son corregidas a tiempo, pueden llegar a convertirse en comportamientos violentos en el futuro. 

Para solucionar esto desde un inicio, es importante enseñarles a identificar sus sentimientos y emociones cuando se encuentran en una situación que no les guste. Es necesario que aprendan a manejarlas y a expresarlas con palabras. Tener rabia acumulada lleva, naturalmente, a tener conductas agresivas y, en algunos casos, conduce a la tristeza o a la angustia.

De la misma manera, cuando un niño se siente frustrado y no consigue lo que quiere, se molesta y da golpes, es cuando tenemos que actuar. No hay que dejarlo pasar. Lo mejor que podemos hacer es hacerle entender que ese comportamiento jamás le ayudará a resolver lo que estaba intentando hacer o a conseguir lo que quiere. Pero, si respira y pide lo que desea o realiza lo que está intentando hacer de forma tranquila y con calma, comprenderá que los resultados si le llevan a su objetivo.

6. La venganza no es dulce 

Quizá, los niños piensen que devolver el golpe sea mejor, o que se sentirán mejor, pero debemos hacerles entender que ese impulso por querer devolver “con la misma moneda” no va a solucionar nada y que, por el contrario, puede empeorar la situación. Además, estaría cayendo en el mismo error que el agresor o agresora, lo que puede generar una situación en bucle, en donde el otro también buscará venganza. 

Es por esta razón que debemos enseñarles a los niños a utilizar su voz, y que entiendan que, a veces, la mejor manera para la defensa es el diálogo. Si tu hijo o hija puede defender sus límites personales y derechos de manera verbal, habrás ganado el primer paso. Para ello, deben incluir en su vocabulario palabras como: “no”, "esto no me gusta", "no hagas esto", “no quiero”, “te pido que pares".

7. Evitar las situaciones peligrosas 

Hay que enseñarle a nuestros hijos e hijas que es mejor evitar a las personas o situaciones conflictivas. Si algo o alguien les está molestando, lo mejor será salir de la situación. Hay que recalcar que esto no quiere decir que son cobardes (así se lo digan los demás), sino que demuestra inteligencia, respeto y madurez.

8. El más fuerte es quien dialoga

El más fuerte es quien sabe dialogar no quien pega más fuerte. Nuestros hijos deben saber, desde pequeños, que la verdadera fortaleza de carácter está en respetar a los demás y no dejarnos llevar por los impulsos. 

9. Pedir ayuda no es ser soplón o débil 

Pedir ayuda ante una situación de abuso o violencia no es sinónimo de debilidad. Los pequeños deben saber que, si no les funciona el poner un alto, será necesario pedir ayuda a un adulto. Los niños tienen que saber que, ante una situación de violencia o abuso, no podemos ser indiferentes ni tampoco callar. Hay que hablar con un adulto y contar lo que está sucediendo entre los compañeros. Antes de entrar en conflicto y salir lastimado es mejor pedir ayuda. 

Nunca es tarde para enseñarle a nuestros hijos a defenderse sin usar la violencia. Si ya la usaron una vez, no hay que atormentarse con eso. Lo mejor será explicarles por qué esa no es una buena estrategia para lograr lo que queremos y darles estos consejos. Recordemos que los niños están aprendiendo y es nuestra responsabilidad dar el ejemplo y darles las herramientas para afrontar los problemas que se les presentarán en la vida.

Fuente:

www.bebesymas.com

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