¿Sientes que tus hijos se pelean todo el tiempo o que nunca pueden llegar a un acuerdo? La rivalidad entre hermanos es algo natural en el proceso de crecimiento de los niños, pero puede llegar a ser un desafío para los padres el poder lograr que se lleven bien. La buena noticia es que existen algunas formas de lograr la paz entre ellos y lograr la tranquilidad en el hogar. Para ello, te dejamos 13 claves para que tus hijos se lleven bien que te ayudarán en el proceso.
Rivalidad entre hermanos: 13 claves para que tus hijos se lleven bien
Si tienes hijos, puede que sientas que es muy difícil mantener la paz entre ellos. De un minuto a otro, pueden pasar de llevarse bien a estar peleados, y no logras descifrar el porqué de este comportamiento. Saber cuándo y cómo intervenir puede marcar la diferencia con respecto a la manera en la que tus pequeños se relacionan. Para ayudarte a mejorar la relación entre ellos, ten en cuenta lo siguiente:
1. No los compares entre ellos ni con otros niños
Decirle a uno de tus hijos que debería ser como su hermano o hermana solo hará que la relación entre ellos empeore. Las comparaciones no suelen ser positivas nunca y menos entre hermanos. Es más, las comparaciones fomentan la competitividad y una relación basada en “quién es el o la mejor” no es lo ideal. En lugar de compararlos, lo mejor que puedes hacer es reconocer las habilidades positivas de cada uno, que serán diferentes, pero igual de importantes.
Recuerda tener mucho cuidado con los comentarios que hagas de uno de tus hijos o hijas en relación a los demás, ya que ellos pueden tomarlo a mal, por más que esa no haya sido tu intención.
2. Fomenta la colaboración entre ellos
La colaboración y el trabajo en equipo son dos habilidades fundamentales en la vida y que los niños deben aprender desde pequeños. Al animarlos a trabajar en equipo o darles una “misión” en la que ambos deben colaborar, los motivarás a pasar tiempo juntos buscando formas de lograr ese objetivo en común, llegando a consensos y acuerdos entre ellos. Además, puede que así se den cuenta de que juntos trabajan mejor, además de sentirse útiles, valorados y queridos.
3. Dedícales el mismo tiempo y no dejes a uno de lado
La vida de los padres y madres puede llegar a ser bastante agitada, pero no por eso debemos dejar de lado el pasar tiempo de calidad con nuestros hijos. No importa la edad, tanto los bebés como los niños más grandes necesitan el tiempo y cariño de sus padres por igual.
Puede que uno de tus hijos necesite más atención que otro que es más independiente. Aún así, siguen siendo niños y ambos necesitan sentir y saber que estás ahí para ellos. Aún cuando uno está enfermo, por ejemplo, el otro sigue necesitando a su madre o a su padre. En todo caso, sé abierto y explica la situación a tus pequeños para que ninguno sienta que se le está excluyendo.
4. No les supervises todo el tiempo
Está bien que estés pendiente de que tus pequeños se mantengan a salvo, pero hay momentos en los que puedes soltar un poco ese control y dejarlos ser. De esta forma, se sentirán más libres y podrán actuar con naturalidad. Déjales solos en algún momento para que se conviertan en cómplices, aprendan a solucionar sus conflictos por sí solos y disfruten juntos.
5. Fomenta la escucha activa
Fomentar la escucha activa significa dejarlos hablar y escucharlos siempre, interesarse por lo que dicen y hacerles preguntas para que se den cuenta de que te preocupa lo que piensan y sienten. Aquí, va a ser necesario que demos el ejemplo. Si nosotros les interrumpimos cuando hablan, no los escuchamos y no respetamos sus opiniones, ellos actuarán igual con otras personas, en este caso, con sus hermanos y hermanas.
6. Acepta su molestia
Molestarse es normal. Todos nos enfadamos en alguna ocasión con otras personas, y entre los hermanos y hermanas ocurre lo mismo. Acepta sus enfados y no los reprimas, pero sí ayúdales a que entiendan el porqué se enfadan y a gestionar de forma positiva sus emociones.
7. Enséñales sobre la empatía
Si uno de tus pequeños se ha molestado con el otro por algún motivo, habla con cada uno por separado para saber qué sucedió y el punto de vista de ambos. Luego, júntalos y ayúdalos a comunicarse entre ellos y expresar lo que sienten para que se reconcilien. Si les explicas que todos sentimos distinto y que debemos “ponernos en los zapatos del otro”, les estaremos enseñando que la empatía es clave en las relaciones.
8. No tengas preferencias
No debes demostrar ningún tipo de preferencia hacia uno y no hacia el otro. Todos tus hijos deben sentir y saber que son igual de importantes para ti y para la familia.
9. Fomenta el juego en familia
Una excelente forma de fortalecer los vínculos entre los hermanos es jugando. El juego es importante para que los niños aprendan, colaboren y se diviertan. Pueden ser juegos de mesa o juegos deportivos, la idea es que tanto padres como hijos se den un tiempo para compartir y jugar en familia.
10. Desayunen, almuercen y cenen juntos
En la medida de lo posible, por lo menos una de las comidas del día deben darse con la familia completa. Si bien el ajetreo diario puede dificultar este aspecto, es importante organizarse para que la familia se junte en la mesa a comer y a compartir las experiencias del día. Esto puede ser muy positivo para crear buenas relaciones entre hermanos y hermanas, pero también entre padres e hijos.
11. Establece una guía de buena convivencia
Las normas de convivencia en casa son básicas para ayudar a evitar conflictos y a establecer buenas relaciones. Puedes crear una lista con ciertas reglas y ubicarla en un lugar visible para todos. En ella pueden considerar poner reglas simples de respeto, como: saludar siempre al llegar, ayudar en las tareas del hogar, recoger mis juguetes, compartir los juguetes con mis hermanos, hacer los deberes a tal hora, decir por favor y gracias, etc. La idea es que los niños vean esta lista como una guía para una mejor convivencia y no como reglas con castigos.
12. Ten paciencia
La paciencia es clave en el proceso de lograr que tus hijos se lleven bien, sobre todo, cuando son niños pequeños. Con el tiempo, verás que se convierten en adultos que se apoyan, se respetan y se quieren.
Y, si llega un nuevo bebé a la familia…
La llegada de un hermano o hermana menor despierta en el niño o niña muchas emociones. Puede estar lleno o llena de alegría, pero también puede sentir celos, sobre todo, cuando entiende que hay un pequeño que requiere toda la atención de los padres. En estos casos, es fundamental involucrar al niño o niña en todo el proceso. De hecho, desde el embarazo, se le puede ir contando los cambios que van a ocurrir para que se sienta partícipe. Escucha sus preguntas y responde con sinceridad.
Puedes hacerle sentir más útil e importante explicándole que es el hermano mayor ahora y que puede ayudarte en ciertos cuidados y tareas que se requiera: alcanzarte un pañal, observar cómo se baña el bebé, cantarle, etc. La idea es que tu hijo o hija mayor se sienta incluido en el acontecimiento de la llegada de un nuevo bebé.
Habrá momentos en los que se dificulte la adaptación, y será cuando más paciencia deberás tener. Ten empatía con el pequeño y ayúdale a gestionar sus emociones y sentimientos.
En definitiva, las buenas relaciones entre hermanos y hermanas son un proceso de aprendizaje en el que los padres tienen un papel muy importante. Con estas 13 claves para que tus hijos se lleven bien, puedes ayudarlos a mejorar como personas y a mejorar la convivencia.
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