¿Cómo enseñar a los niños a resolver sus conflictos de una forma saludable?

  • hace 1 año

¿Cuántas relaciones se beneficiarían si todos supiéramos cómo manejar los conflictos de una forma saludable? Seguro que muchísimas. La habilidad de lidiar con las discusiones y problemas es algo super importante para todos, niños y adultos. Sin embargo, en el caso de los pequeños es particularmente necesario, pues están en pleno desarrollo de sus habilidades sociales, y todo lo que aprendan de niños será utilizado en su adolescencia y adultez.

Las discusiones y desacuerdos son inevitables en la vida y hay que enseñar a nuestros hijos a lidiar con estas situaciones. De esta forma, nos aseguramos de que tengan relaciones más saludables, se comuniquen mejor y resuelvan sus problemas de manera pacífica. Para ello, te dejamos 6 consejos para ayudar a los niños a lidiar con los conflictos y encontrar soluciones.

¿Por qué es importante enseñar a los niños a manejar los conflictos?

Enseñar a los niños a manejar los conflictos les ayuda a desarrollar habilidades sociales y emocionales que les serán útiles a lo largo de su vida. Les permite aprender a resolver conflictos de manera pacífica y a comunicarse de forma efectiva, lo que puede mejorar sus relaciones interpersonales y su capacidad para lidiar con situaciones desafiantes

Asimismo, les ayuda a desarrollar su autoestima y autoconfianza al tener éxito en la resolución de conflictos. Esto puede contribuir a su bienestar emocional y a una vida más saludable y satisfactoria.

¿Cómo ayudar a los niños a lidiar con los conflictos y encontrar soluciones?

La inteligencia emocional es clave para llegar a acuerdos de manera pacífica. Para ello, te dejamos algunos consejos que ayudarán a tus hijos en el manejo de conflictos y resolución de problemas.

1. Identificar los sentimientos y abordarlos

Los conflictos hacen que surjan emociones intensas y no tan agradables, para las cuales los niños no tienen herramientas, pues no saben regularse emocionalmente todavía. Hay que enseñarles y darles las herramientas para procesar sus emociones.  

Antes de abordar el problema que causó el conflicto, ya sea una pelea por un juguete o la traición de un amigo, los niños deben poder llegar a un lugar, emocionalmente hablando, en el que puedan pensar antes de actuar (o explotar y empeorar las cosas).

Podemos empezar a ayudar a un pequeño a identificar las emociones que está sintiendo preguntándole: ¿Te sientes enojado? ¿Frustrado? ¿Avergonzado? ¿Triste? Para los más pequeños, podemos emplear guías visuales. Por ejemplo:

  • Usando un cuadro con expresiones faciales que ilustran diferentes emociones, para que el niño señale la que lo identifica.
  • Un semáforo, en donde el rojo signifique mucho enojo que no le dejará resolver el conflicto, el amarillo cuando la intensidad de la emoción está comenzando a disminuir y, para cuando se ponga en verde, podrá poner en práctica habilidades reales de resolución de conflictos. 
  • El termómetro de emociones (se encuentra fácilmente en Internet). Se trata de una imagen de un termómetro con números. Según el número que señale, el niño puede decidir si necesita calmarse antes de continuar. 

Hay que recordar a los pequeños que, cuando las emociones todavía son intensas, no es un buen momento para resolver el problema que originó el conflicto en sí. Lo que puede ayudarle a relajarse es jugar con su mascota, lavarse la cara, ir a tomar agua, respirar profundamente por unos minutos, entre otros mecanismos de regulación.

2. Identificar el origen del conflicto

Los niños (sobre todo, los pequeños) no suelen tener conciencia emocional para identificar la fuente original del conflicto. Es posible que necesiten nuestra ayuda para entender por qué están peleando. En muchas ocasiones, una pelea, por ejemplo, por un juguete, realmente no es la raíz del conflicto. Quizás, uno de los niños hizo un nuevo amigo y el otro siente celos o se siente excluido. 

Por ello, es importante ayudar a los pequeños a llegar a la raíz del problema para llegar a la solución con más facilidad. Hacerles preguntas puede ayudar a que ellos mismos entiendan lo que les está pasando.

niños conflicto

3. Pensar en soluciones

Una vez que los niños entiendan cuál es el problema, podemos ayudarlos a practicar la búsqueda de soluciones. Una buena forma de hacerlo es con una lluvia de ideas sobre distintas maneras de solucionar las situaciones y luego elegir la mejor entre los dos.

En el caso de los niños pequeños, podemos aplicar la siguiente dinámica:

La calificación de la cara sonriente. Pídele a tu hijo que piense en posibles opciones de resolución de conflictos y luego pregúntale: ¿Este comportamiento te hará sentir mejor, peor o más o menos igual? Toma nota de la respuesta usando una clasificación visual: cara sonriente, cara con el ceño fruncido, neutral. Luego, pueden ver todas las calificaciones de caritas para ayudar a decidir cuál es la mejor opción.

4. Mantener la perspectiva

Muchas veces, ante los conflictos nos nublamos y no vemos más allá del problema. Lo mismo le pasa a los niños. Para encontrar soluciones útiles, es importante que los pequeños practiquen cómo detenerse por un momento y pensar. Lo siguiente puede ayudar:

  • Pensar más allá del incidente y saber que un pequeño conflicto no es razón para terminar una amistad.
  • Ponerse en el lugar de la otra persona. Imaginar lo que siente la otra persona es una excelente manera de ayudar a los niños a desarrollar empatía.

5. Practicar la comunicación efectiva

Para resolver un conflicto, los niños deben aprender a comunicar sus sentimientos con claridad, sin explotar ni hacer acusaciones. Esto debe practicarse, pero hay que evitar hacerlo cuando hay tensión o en medio del conflicto. Después de una discusión, podemos conversar con los niños en privado sobre las formas más adecuadas de comunicarse. 

Algunas formas son:

  • Evitar acusar (“tú hiciste eso para molestarme”) y mejor expresar (“me sentí molesto cuando hiciste eso”).
  • Pensar (o escribir) detenidamente qué decir con anticipación a la otra persona. Esto puede ayudar a los niños a transmitir sus puntos de manera efectiva.
  • Practicar, como jugando. Hay que darle a los niños un espacio seguro para practicar conversaciones complicadas.
  • Enseñarles la importancia de la comunicación no verbal. Es importante que los pequeños sepan que hay que mirar a los ojos cuando se habla con la otra persona y estar atentos a la conversación. 

6. Dar el ejemplo y mostrarlo

No basta con decirles cómo resolver un conflicto, hay que mostrarles cómo se hace y, por supuesto, dar el ejemplo. Cuando experimentemos un conflicto propio (especialmente, con nuestros hijos), pongamos en práctica las técnicas descritas en este artículo. 

Ayudar a los niños a lidiar con los conflictos y encontrar soluciones es importante para su desarrollo social y emocional. Les permite resolver sus problemas de manera pacífica y ser más resilientes ante el estrés y la adversidad. ¡Ten en cuenta estos consejos!

Fuente:

https://childmind.org

Anterior
Siguiente »

    Comentarios