¿Crees que tu hijo no respira bien por la nariz o lo hace por la boca? Si es así, tu pequeño podría sufrir las consecuencias de una mala respiración, por lo que debes llevarlo a un especialista en otorrinolaringología, para que haga una detección temprana, determine la causa y su tratamiento. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre la respiración bucal y sus consecuencias en niños.
¿Cuales son las causas de la respiración por la boca en niños?
Respirar por la boca no es lo normal. Un niño con respiración bucal puede sufrir consecuencias negativas en su crecimiento y desarrollo. Lo correcto es respirar por la nariz, ya que así nos mantenemos sanos. ¿Cómo? Nuestras fosas nasales calientan y humedecen el aire que respiramos, lo cual protege nuestra salud respiratoria. Además, al respirar por la nariz los senos paranasales producen óxido nítrico, sustancia que ayuda a las defensas del organismo contra las infecciones.
Cuando un niño (o adulto) respira por la boca es porque hay alguna obstrucción que dificulta el paso del aire desde su nariz hasta su aparato respiratorio inferior. Las causas más frecuentes de esto en los niños son:
- Aumento de tamaño de las adenoides (vegetaciones) o de las amígdalas (hipertrofia) o de ambas.
- Infecciones respiratorias.
- Algunas alergias.
- Desviación del tabique nasal, hipotonía muscular, pólipos… (estos son motivos menos frecuentes).
¿Cuáles son los síntomas de la respiración bucal en niños?
Para saber si tu pequeño, efectivamente, respira por la boca y no por la nariz, debes estar atento a estas señales:
- Ronca por las noches.
- Permanece gran parte del día con la boca abierta.
- Tiene ojeras y aplanamiento en la zona de los pómulos.
- Deglución atípica (mete la lengua entre los dientes para pasar la comida).
- Tiende a levantar el mentón y adelantar el cuello, para respirar mejor.
- Padece otitis media recurrente.
¿Por qué es peligroso que tu hijo respire por la boca y no por la nariz?
Si tu pequeño mantiene en el tiempo una respiración por la boca, puede pasar lo siguiente:
- Ronquidos al dormir. Los ronquidos constantes a edades tempranas no son normales. Recuerda que la calidad del sueño es muy importante para su correcto desarrollo.
- Episodios de apnea. Esto es cuando el niño deja de respirar, lo que ocasiona una disminución de la oxigenación de su organismo durante el sueño y, por lo tanto, el pequeño puede sentirse cansado, somnoliento, fatigado e irritable durante el día.
- Problemas en su desarrollo facial (facies adenoidea). La forma en la que se desarrolla el rostro del niño puede alterarse, produciendo una cara alargada y aplanada, mentón retraído, ojeras, paladar estrecho u ojival, dientes mal implantados, etc.
- Problemas dentales. El niño es más propenso a tener caries, mal aliento por acumulación de bacterias o sensación de boca seca. Respirar por la boca también favorece la maloclusión dental: mordida abierta, paladar estrecho y mandíbula retraída.
- Problemas de audición. Puede generarle otitis media recurrente, debido a que la mala aireación de la nariz se puede extender también a través de las trompas de Eustaquio hacia los oídos.
¿Cuál es el tratamiento para los niños que respiran por la boca?
Una vez que tu pequeño ha sido examinado por un especialista en otorrinolaringología, este determinará cuál es la causa y cuál es el mejor tratamiento para tu hijo. Si la obstrucción de las vías respiratorias se debe a un aumento del tamaño de las amígdalas, de las adenoides o de ambas, puede que le indique una intervención quirúrgica que facilite el paso del aire. Puede que otros profesionales como un odontólogo y un logopeda tengan que intervenir en el cuidado de tu pequeño, si es necesario.
El odontólogo se encargará de que el pequeño tenga una correcta posición dental y de los huesos maxilar superior y mandíbula, para lograr una mejora en su respiración. Por otro lado, si ya se han producido problemas del habla, del lenguaje, de la voz o de las funciones orales asociadas a la respiración, masticación y deglución, el logopeda ayudará a su corrección. Para ello, se le enseña al niño la postura correcta que debe tener la lengua (en descanso, al hablar y al tragar), los labios, y otras partes implicadas. También, se le ayudará a corregir los hábitos alterados por medio de ejercicios adaptados a cada caso.
Lo correcto es respirar por la nariz, por lo que si tu hijo respira por la boca, llévalo cuanto antes a un especialista. La detección y tratamiento temprano es lo mejor para su corrección.
Fuente:
Comentarios