¿Qué debo hacer si mi hijo tiene indigestión?

  • hace 4 años

Es frecuente que los niños sufran episodios de indigestión, sobre todo si son de los que les gusta comer y probar de todo. Este problema es muy común y puede tener una fácil solución desde casa. Para ello es importante que se tomen ciertas medidas o el problema podría empeorar y ahí sí se necesitaría la atención de un especialista.

En general, la indigestión es una sensación de malestar en la parte superior del abdomen, luego de haber comido. Los síntomas suelen ser:

  • Dolor y/o ardor de estómago.
  • Pesadez, incomodidad y llenura.
  • Hinchazón abdominal.
  • Nauseas y gases.
  • Vómitos.
  • Palidez.
  • Pérdida del apetito.
  • Dolor de cabeza.
  • Diarrea o heces duras y pegajosas.

La indigestión en los niños suele ocurrir cuando comen demasiado o muy rápido, o comen alimentos no aptos para su organismo (intolerancias alimentarias). Sin embargo, no siempre es sencillo identificar la causa.

Para evitar estos problemas, hay que vigilar a nuestros hijos de cerca en todo momento; sobre todo, cuando comen. Muchas veces, cuando son pequeños, se llevan a la boca alimentos que no son aptos para el consumo y terminan sufriendo malestares estomacales.

Causas de la indigestión en niños

Solo un especialista podrá darte un diagnóstico exacto y la causa exacta del malestar de tu pequeño. No obstante, existen algunos motivos comunes por los que el niño puede sufrir indigestión.

1. Medicamentos

Algunos medicamentos pueden causarle acidez a tu hijo o pueden irritar su estómago, ocasionando la indigestión. Si bien existen medicinas para tratar este problema, no debes automedicarlo, siempre consulta con su pediatra.

2. Enfermedad por reflujo gastroesofágico

Las indigestiones recurrentes pueden desencadenar reflujo gastroesofágico, debido a la inflamación e irritación del esófago. En este caso, sí se debe acudir al médico para el tratamiento correspondiente.

3. Estrés

El estrés y la ansiedad pueden causar una alimentación irregular, así como malos hábitos de sueño. Esto se puede prevenir asegurando un ambiente libre de estrés para el pequeño.

4. La obesidad

Debido a la presión adicional en el abdomen por el sobrepeso, esta condición también puede provocar un reflujo ácido en el esófago cuando tu hijo ingiera sus alimentos.

5. Hernia hiatales

Una hernia hiatal es una condición que provoca que parte del estómago del niño se abulte a través de un hiato (apertura pequeña) en su diafragma. Esta parte del estómago podría moverse hacia arriba y hacia abajo, o podría quedarse atrapado en el diafragma, ocasionando diversas molestias. Existen diferentes tipos de hernia hiatal, por lo que debe acudir a su médico.

6. Intolerancias alimentarias

Un niño diagnosticado de intolerancia alimentaria tiene que seguir una dieta de exclusión del alimento hasta que se pueda reintroducir con seguridad. Si sospechas que tu hijo es intolerante a algún alimento, acude a un especialista.

¿Qué debes hacer para tratar la indigestión en niños?

La mayoría de los casos de indigestión en niños no requieren tratamiento médico especializado, pero siempre se recomienda consultar al pediatra cuando los síntomas persisten durante más de unas horas.

El doctor realizará el diagnóstico y puede que le prescriba ciertos medicamentos y recomendaciones alimenticias. Si se trata de algo más grave, le pedirá exámenes adicionales, como una radiografía o una exploración del abdomen. 

¿Cómo prevenir la indigestión en los niños?

La prevención siempre será la mejor solución, por lo que te damos las siguientes recomendaciones al momento de alimentar a tu hijo:

  • Evita darle alimentos demasiado grasosos o frituras.
  • Evita darle bebidas gaseosas.
  • Evita darle comidas demasiado condimentadas o que produzcan acidez.
  • Evita que coma exceso de chocolate y dulces.
  • No fuerces al niño a que pruebe de todo. Si ya no quiere comer, no lo obligues.
  • Si a tu hijo le encanta comer y probar todo, sírvele tú en su plato una ración moderada de cada cosa. Evita que se sirva por su cuenta.
  • Enséñale a comer lentamente, masticando bien los alimentos.
  • Después de comer, evita que el niño se ponga a correr, saltar o actividades muy movidas.
  • Procura que el momento de la comida se de en un ambiente tranquilo y relajado.
  • Espera dos horas después de comer para de acostarlo. Esto le da tiempo para que haga digestión.

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