¿Sabías que existe un tipo de depresión relacionado con los cambios de estación? A esto se le llama trastorno afectivo estacional y quien lo padece presenta síntomas de depresión en temporadas en las que los días son más cortos y las horas de luz solar se reducen. ¿Cuáles son estos síntomas? ¿Se puede tratar este trastorno? ¿Cómo podemos ayudar a los niños que lo padecen? Te contamos todo lo que debes saber en esta nota.
¿Sabes qué es el trastorno afectivo estacional y cuáles son sus síntomas?
El trastorno afectivo estacional o depresión estacional comienza y finaliza, aproximadamente, en la misma época cada año, principalmente, en otoño y/o invierno, que es cuando los días son más cortos y las horas de luz solar se reducen. Solo en estas temporadas es que la persona presenta los síntomas.
¿Por qué sucede esto? La depresión estacional aparece a raíz de la respuesta del cerebro a la disminución de las horas de luz solar. La luz solar afecta a dos sustancias cerebrales: la melatonina y la serotonina. Estos neurotransmisores ayudan a regular el ciclo de sueño-vigilia, el nivel de energía y el estado de ánimo de las personas.
Por un lado, la melatonina está relacionada con el sueño. El cerebro produce más melatonina en la oscuridad, por lo que en temporadas más oscuras se da un aumento de la concentración de melatonina, lo que hace que la persona sienta somnolencia y tenga un menor nivel de energía. Por otro lado, la serotonina está relacionada con el estado de ánimo y el nivel de energía, y su aumento favorece los sentimientos de felicidad y de bienestar. El cerebro fabrica más serotonina cuando la persona se expone a la luz solar, por lo que en temporadas más oscuras se da un descenso en la concentración de serotonina que puede conducir a la depresión estacional.
En otoño y en invierno, los días son más cortos y hay más horas de oscuridad. Esto puede causar niveles más altos de melatonina y niveles más bajos de serotonina, creando las condiciones biológicas para la depresión. Sin embargo, cuando los días vuelven a ser más largos, la persona supera la depresión. Si los síntomas siguen, lo mejor es acudir a un especialista en salud mental para saber a qué se debe.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno afectivo estacional?
Al igual que con otros tipos de depresión, una persona con trastorno afectivo estacional puede notar los siguientes síntomas:
- Cambios en el estado de ánimo. Tristeza, irritabilidad o depresión, o sentimientos de desesperación o de impotencia. La persona afectada suele llorar y sentirse alterada con mayor frecuencia y con mayor facilidad.
- Pensamientos negativos. Aumento de la autocrítica y sensibilidad a las críticas de los demás. Quejarse, culpar, buscar defectos o ver problemas con más frecuencia de lo habitual.
- Incapacidad para disfrutar de las cosas. Pérdida de interés en las cosas con las que solía disfrutar: amistades, actividades sociales, etc.
- Falta de energía. Más cansancio, poca energía o nada de motivación para hacer cosas. Sensación de que todo requiere demasiado esfuerzo.
- Cambios en el sueño. Dormir mucho más de lo habitual o no tener ganas de levantarse de la cama y prepararse para las actividades diarias (ir al trabajo, al colegio, etc.).
- Cambios en la alimentación. Ganas de comer más o menos de lo habitual, o preferir alimentos azucarados o grasas. Como consecuencia, puede haber un aumento o pérdida de peso.
- Problemas de concentración. Esto puede causar un bajo rendimiento en el colegio o en el trabajo, o un bajo desempeño en las actividades que se suelen hacer.
¿Cómo se trata el trastorno afectivo estacional?
Si a un niño o adolescente se le diagnostica trastorno afectivo estacional, el médico puede recomendar uno o más de los siguientes tratamientos:
- Más exposición a la luz y pasar más tiempo al aire libre. El ejercicio y las caminatas son una excelente opción.
- Fototerapia (terapia de luz). Los síntomas más graves se pueden tratar con fototerapia, en la cual se usa una luz potente que simula la luz solar.
- Psicoterapia. Hablar con un terapeuta ayuda a aliviar los pensamientos y sentimientos negativos asociados con la depresión, y puede aliviar el aislamiento o la soledad que a menudo sienten los niños y adolescentes con depresión.
- Medicamentos. Si el médico lo cree conveniente, éste puede recetar medicamentos para algunos niños y adolescentes con trastorno afectivo estacional.
Si a tu hijo o hija le han diagnosticado el trastorno afectivo estacional, puedes ayudarlo de la siguiente manera:
- Ayúdale a entender el trastorno. Infórmate y dale explicaciones sencillas.
- Participa en el tratamiento. Pasa más tiempo con él o ella al aire libre y anímale a hacerlo. Realicen juntos actividad física y caminatas.
- Busca tiempo de calidad con él o ella. Tu compañía y atención son fundamentales.
- Ten paciencia. No esperes que los síntomas mejoren en cuanto inicie el tratamiento. Recuerda que la baja motivación, la poca energía y el mal humor son parte del trastorno afectivo estacional.
- Ayúdale con los deberes. Podría ser necesario que le ayudes temporalmente, ayudándole a organizar sus tareas o a completarlas. Explícale que los problemas de concentración forman parte del trastorno afectivo estacional, y que las cosas mejorarán.
- Asegúrate de que se alimente bien. Ofrécele alimentos saludables y nutritivos, y eviten las comidas chatarras y azucaradas.
- Establece una rutina de sueño. Anímale a acostarse y levantarse a las mismas horas todos los días. Esto el ayuda a descansar mejor.
El trastorno afectivo estacional, al igual que cualquier otro trastorno, debe ser tomado en serio. Si crees que tu hijo o hija puede estar pasando por una depresión estacional, acudan a un especialista.
Fuente:
https://kidshealth.org
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