Una quemadura, corte, atragantamiento o convulsión. Los accidentes caseros pueden sucederle a cualquiera. Por ello, saber aplicar técnicas de primeros auxilios puede protegerte a ti y a tu familia de cualquier imprevisto. Lo primero que debes hacer es mantener la calma. Luego, aplica las siguientes recomendaciones.
Primeros auxilios en casa: Cómo actuar ante 4 accidentes de la vida cotidiana
La Dra. Marta Martínez del Valle, del grupo de Urgencias de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), cuenta cuatro situaciones que ocurren en la vida cotidiana de todas las personas y explica qué se debe hacer en cada caso.
Quemaduras
En el caso de haber sufrido una quemadura:
- Retira a la persona afectada de la fuente de calor. Ojo: si la quemadura ha sido eléctrica, antes de tocarla, asegúrate de que no está en contacto con la fuente eléctrica.
- Quita la ropa que esté encima de la quemadura, a menos que esta esté adherida a la piel.
- Coloca la zona afectada debajo del caño o la ducha. La idea es que le caiga agua fría durante unos 15 o 20 minutos.
- No apliques ningún tipo de crema sobre la quemadura.
- No revientes ampollas que puedan producirse.
- Tapa la quemadura con un paño húmedo y limpio, y acudan a un centro de salud. Ahí, se determinará el grado de la quemadura y su tratamiento adecuado.
- La persona lesionada puede tomar algún analgésico, como paracetamol o ibuprofeno.
- Si la quemadura ha afectado la cara, manos, pies, pliegues o genitales, se pueden presentar complicaciones. Por ello, es necesaria atención médica urgente.
Herida con sangrado activo y continuo
En el caso de que alguien en casa haya sufrido un corte o herida:
- Lava la zona afectada con agua y jabón, y enjuaga con abundante agua limpia.
- Para detener la hemorragia, coloca un pañuelo o gasa limpia, y presiona. Si la sangre continúa saliendo de forma abundante y la gasa se ha empapado, no la retires. Más bien, coloca otra encima y continúa presionando.
- Eleva el miembro afectado, si la lesión lo permite, para disminuir el sangrado.
- Si la herida es profunda, con los bordes de la piel muy separados o el sangrado no para, acudan a un especialista para que revise la gravedad del accidente.
- Si en la herida aparece enrojecimiento, calor, hinchazón, pus o la persona afectada presenta fiebre, acudan a un especialista.
- Si la herida se ha producido por un objeto y este sigue clavado, no lo extraigas. Podría aumentar el sangrado. Es necesario acudir a un centro de salud para que se extraiga con todas las medidas sanitarias.
- No apliques torniquetes, a menos que se trate de una hemorragia masiva (por amputación, por ejemplo), que pueda poner en peligro la vida de la persona.
- No utilices soluciones que tiñan la herida, como mercurocromo, ni tampoco le eches alcohol. Esto no desinfecta, por el contrario, puede provocar quemaduras en los bordes de la herida.
Atragantamiento u obstrucción de las vías respiratorias
Te darás cuenta de que la persona se está atragantando cuando empieza a toser o tiene dificultad para hablar o respirar. Si es grave, podría empezar a ponerse de tono azulado alrededor de los labios y perder el conocimiento. Si la obstrucción es leve, la persona está consciente y suele toser con fuerza.
Lo que debes hacer en estos casos es:
- Asegúrate de que la persona esté de pie y ligeramente inclinada hacia delante.
- Anímala a que siga tosiendo hasta que expulse el objeto o pedazo de comida.
Si la persona no puede hablar, tiene tos débil o no puede respirar:
- Ponla de pie, párate a su lado o detrás. Si es un niño, arrodíllate detrás de él.
- Coloca un brazo cruzando el pecho de la persona para apoyarte. Luego, inclina a la víctima hacia delante.
- Dale cinco golpes fuertes en la espalda, entre los omóplatos, con el talón de tu otra mano.
Si el objeto no logra expulsarse, haz lo siguiente:
- Realiza cinco compresiones abdominales.
- Ubícate detrás de la víctima, inclínala hacia delante y coloca tu puño cerrado entre su ombligo y su esternón.
- Con tu otra mano, agarra tu puño y empuja cinco veces seguidas hacia arriba y hacia atrás.
- Alterna los golpes en la espalda y las compresiones en el abdomen hasta que se expulse el objeto o la persona pierda el conocimiento.
Si la persona deja de respirar y pierde el conocimiento, apóyala en el suelo plano, boca arriba y llama a emergencias. Sigue con las compresiones torácicas para hacer reanimación cardiopulmonar. Esta situación es potencialmente grave, por lo que es necesaria una aplicación correcta y rápida de técnicas de primeros auxilios. Este accidente es más frecuente en bebés y niños pequeños, ya sea mientras comen o porque ingirieron un objeto.
Convulsiones
Las convulsiones son consecuencia de una actividad neuronal anormal y pueden manifestarse de diferentes formas: con pérdidas bruscas de consciencia, rigidez, flacidez o movimientos involuntarios de un músculo o una parte del cuerpo, o desconexión del entorno con la mirada perdida. Puede que la persona tenga rigidez en la mandíbula y tenga la boca morada y cerrada con fuerza, pudiendo ocasionar que se muerda la lengua. También, puede que tenga incontinencia de esfínteres.
Si eres testigo de alguien que está sufriendo una convulsión haz lo siguiente:
- Permanece con la persona durante todo el episodio.
- Ubícala en un lugar seguro y recuéstala sobre el suelo. Si es posible, échala de lado y pon su cabeza sobre algo suave y plano, para evitar que se golpee.
- No la sujetes para impedir los movimientos ni introduzcas nada en su boca, ya que podrías ocasionarle lesiones.
- No le des agua ni alimentos hasta que esté totalmente recuperada.
Una convulsión se puede dar por traumatismos, fiebre, una disminución del azúcar en sangre (hipoglucemia), algunos fármacos o enfermedades neurológicas, entre otras causas. Luego de este episodio, es probable que la víctima quede adormilada, confusa o desorientada durante algunos minutos. Normalmente, las convulsiones duran menos de cinco minutos y ceden espontáneamente. En caso contrario, debes llamar a emergencias.
Recuerda siempre tener en casa un botiquín de primeros auxilios que contengan lo esencial para este tipo de situaciones, así como tener a la mano o en marcado rápido el número de emergencias.
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