Los problemas para dormir o trastornos de sueño en la adolescencia son bastante frecuentes, pero no por eso está bien. El no dormir correctamente tiene consecuencias negativas para la salud física y mental de nuestros hijos, sobre todo, para nuestros hijos que están pasando por la pubertad y adolescencia.
Cómo afectan los trastornos de sueño a los adolescentes y qué hacer para ayudarlos
Los púberes y adolescentes deberían dormir nueve horas por la noche (o más), ya que en esta etapa de la vida se experimentan grandes cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales. Y algo tan simple como no dormir bien puede ser muy perjudicial para su salud.
Según diversos estudios, la falta de sueño de calidad afecta negativamente en el crecimiento y el desarrollo, en el rendimiento académico y en las relaciones sociales. Además, la falta de descanso adecuado aumenta el riesgo de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades cardiometabólicas entre los adolescentes, ya que cuando duermen menos, suelen tener malos hábitos alimenticios.
Las investigaciones han revelado que aquellos adolescentes que no duermen las horas que necesitan para recuperarse durante la noche tienden a comer más comida chatarra. Esto se debe a que, al sentirse cansados, necesitan energía inmediata proveniente de la comida, por lo que eligen bebidas energizantes y alimentos altos en azúcares refinados y grasas saturadas e hidrogenadas (trans). Sin embargo, más allá de no alimentarse correctamente, hay otras consecuencias igual de perjudiciales para la salud que se deben a la mala calidad del descanso por las noches.
El sueño y la salud de los adolescentes
Al igual que los adultos, los adolescentes que no duermen lo suficiente están en riesgo de padecer una serie de problemas de salud y de rendimiento, e incluso:
- Depresión y baja autoestima
- Somnolencia y problemas para concentrarse
- Bajo desempeño escolar
- Mal humor y problemas para convivir con la familia y amigos
- Mayor riesgo de sufrir accidentes automovilísticos
- Tendencia a comer en exceso y subir de peso
Dormirse tarde puede ser decisión del adolescente, quien prefiere quedarse revisando sus redes sociales en vez de descansar temprano. Sin embargo, un mal descanso puede deberse a un trastorno o a algún problema mayor.
Trastornos de sueño en adolescentes
Algunos de los problemas del sueño más frecuentes en esta etapa de la vida son los siguientes:
Insomnio
Es la falta de sueño a la hora de dormir. Puede darse al inicio (problemas para dormirse) o durante la noche (despertarse constantemente a lo largo de la noche). La causa principal en adolescentes es una higiene de sueño inadecuada. El consumo de tabaco, cafeína o alcohol suele afectar negativamente la calidad del sueño, al igual que el estrés y la ansiedad.
Si en el hogar hay desorganización y tensión, puede ocasionar insomnio en los niños y adolescentes. Asimismo, un patrón de sueño alterado en los padres afecta negativamente al sueño de sus hijos.
Para evitar el insomnio en adolescentes, se recomienda lo siguiente:
1. Mejorar la higiene del sueño
Es importante tener un estilo de vida saludable y cambiar aquellos hábitos que interfieren de forma negativa en el sueño. Para ello, hay que:
- Levantarse y acostarse todos los días, más o menos, a la misma hora. Con poca variación de más de una hora entre los días de clase y los que no lo hay.
- Evitar las siestas durante el día.
- Establecer una rutina relajante para acostarse (tomar un baño caliente, leer un libro, meditar).
- Tener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura, ventilación, ruidos, luz).
- Evitar comidas abundantes antes de ir a dormir.
- Evitar el alcohol, la cafeína y el tabaco.
- Evitar actividades estresantes en las horas previas de acostarse.
- Evitar las pantallas dentro del dormitorio.
- Hacer ejercicio físico durante el día, pero nunca justo antes de acostarse.
- Pasar algún tiempo al aire libre todos los días.
2. Ayuda psicológica
En estos casos, se pueden usar terapias conductuales, como el control de estímulos o la reestructuración de pensamientos. Algunas veces, los adolescentes tienen preocupaciones propias de su edad que les generan estrés y ansiedad. Hablar con un terapeuta puede ser de gran ayuda en estos casos.
3. Usar hierbas medicinales
El uso de ciertas hierbas medicinales, como la valeriana o la manzanilla, podrían ser beneficiosas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que pueden tener interferencias con otros fármacos, por lo que hay que consultarlo con un médico.
4. Meditación
La meditación es una excelente herramienta para aquietar la mente y relajarse. Basta con cinco minutos a la hora de dormir para sentir el efecto. Se pueden encontrar muchísimos videos de meditaciones guiadas para dormir en Internet.
Síndrome de las piernas inquietas
Otro de los motivos por el cual un adolescente no duerme bien es el síndrome de las piernas inquietas. En este trastorno neurológico hay una necesidad urgente de mover las piernas cuando se está en reposo. Estos síntomas aparecen o empeoran al final del día y suelen ser más intensos de madrugada, por lo que el adolescente no puede descansar correctamente.
La base del tratamiento es tener unos buenos hábitos de sueño. En caso de que sea necesario, el especialista podría indicar algún tratamiento farmacológico.
Síndrome de retraso de fase
Se trata de una alteración del ritmo circadiano del sueño que suele darse entre los 10 y 20 años de edad. Se caracteriza por tener insomnio a la hora de acostarse y dificultad para despertarse por la mañana. Sin embargo, una vez que el adolescente se duerme, el sueño es de características normales.
El hecho de tener dificultades para conciliar el sueño temprano y despertarse temprano por la mañana hace que el adolescente no pueda mantenerse alerta durante el día. Se le puede ver cansado, desmotivado, con bajo rendimiento escolar y con la necesidad de hacer siestas por la tarde.
La causa de este síndrome es poco conocida y para tratarlo hay que establecer unas medidas básicas de higiene del sueño.
Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño (SAHS)
Es un trastorno respiratorio durante el sueño, el cual se produce por una obstrucción, parcial o a veces total, de la vía aérea superior. El síntoma más frecuente es el ronquido, aunque no todas las personas que roncan tienen SAHS.
Los adolescentes que sufren de este trastorno tienen un sueño intranquilo con múltiples despertares, por lo que no descansan bien. Por ello, durante el día, suelen estar cansados, tienen dolor de cabeza, están irritables y tienen un bajo rendimiento escolar.
El tratamiento dependerá de la causa, las cuales pueden ser anatómicas (como, por ejemplo, amígdalas grandes), debido a enfermedades neurológicas o por obesidad. Si hay alteraciones anatómicas, la cirugía puede ser curativa. En caso de obesidad, es importante que un nutricionista le recomiende una dieta según sus requerimientos y hacer ejercicio con regularidad.
Hipersomnias y somnolencia diurna excesiva
Las hipersomnias son un grupo de trastornos en los que hay una somnolencia diurna excesiva, disminución de la alerta y/o una duración excesiva del sueño nocturno que interfieren con las actividades normales del día a día.
Las hipersomnias pueden ser primarias o secundarias:
- Las primarias son enfermedades del sistema nervioso central en las que se tiene una excesiva necesidad de sueño. Son poco frecuentes.
- Las secundarias se deben a todas aquellas situaciones o enfermedades que causan un sueño insuficiente y provocan somnolencia diurna excesiva.
Como cualquier persona, si un adolescente no duerme bien, estará irritable, le costará despertarse y, probablemente, recupere el sueño durante las tardes o los fines de semana. Esta desorganización en el descanso tiene efectos negativos sobre su vida. Por ello, es importante detectar si tiene problemas para dormir o si se trata de un trastorno de sueño. Actuar lo antes posible le ayudará a mejorar su calidad de vida.
Fuentes:
https://medlineplus.gov
www.lavanguardia.com
www.familiaysalud.es
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