El maltrato, los abusos sexuales, accidentes, desastres naturales, la pérdida de un familiar, un divorcio, una enfermedad grave son solo algunas de las situaciones que pueden ocasionar traumas difíciles de superar, pero no imposibles. El consuelo, el apoyo y la seguridad que reciban los niños y niñas por parte de sus familiares puede ayudarles a manejar sus miedos y a recuperarse del trauma emocional de una manera saludable.
En esta nota, te contamos algunos consejos de psiquiatras, psicólogos y expertos en salud mental que se especializan en situaciones de crisis para ayudar a los niños a superar un trauma emocional.
¿Cuáles son los síntomas de trauma emocional en niños?
Algunas señales o síntomas de que un niño o niña tiene un trauma emocional son las siguientes:
- Negar el evento o hablar repetidamente de él.
- Rabietas o estallidos de irritabilidad.
- Ataques de pánico, ansiedad o depresión.
- Llorar o estar al borde de las lágrimas.
- Más temores, generalmente, a la oscuridad, los monstruos o a estar solos.
- Más sensibilidad a los sonidos fuertes.
- Quejas por molestias físicas, como dolores de estómago o de cabeza o letargo, que pueden ser debidos al estrés.
- Alteraciones en la alimentación, el sueño y las idas al baño.
- Creer que lo sucedido se puede revertir.
- Apego excesivo a los padres o cuidadores y dificultad para separarse.
- No querer ir al colegio.
- Aislamiento o pérdida del interés en ver a sus compañeros.
- Retroceder a comportamientos tempranos: hablar como bebé, orinarse en la cama y chuparse el dedo.
Los síntomas pueden empeorar si existen detonantes que le recuerden al suceso o evento que les ocasionó el trauma. Por ejemplo, el cumpleaños de un ser querido que falleció o un sismo menos que le recuerda a un sismo de mayor magnitud.
¿Cómo ayudar a los niños a superar un trauma emocional?
La terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma le da a los niños y niñas la oportunidad de compartir sus sentimientos, hablar sobre lo que han vivido y recibir apoyo. En ella, aprenden habilidades de afrontamiento y de relajación, así como juegos y actividades de aprendizaje que les ayudan a recuperarse del trauma. De esta forma, aprenden a adaptarse a lo que piensan y sienten sobre este y, poco a poco, logran afrontar cosas que tendían a evitar, ganando confianza en sí mismos.
Es lógico que a los padres les afecte mucho la experiencia que hayan vivido sus hijos. Por ello, esta terapia también les ayuda dándoles el apoyo que necesitan y algunos consejos sobre cómo ayudar a los pequeños en casa. En estos casos, los padres desempeñan un papel muy importante en el proceso de recuperación de sus hijos.
Después de sufrir un trauma, el niño o niña necesita del consuelo y apoyo de sus padres. Por ello, junto con la terapia, hay ciertas cosas que debes tener en cuenta:
- Mantén todo como siempre ha sido (dentro de lo posible). Las rutinas deben seguir como siempre, sobre todo, las de comer y acostarse. Esto ayuda a los niños a sentirse a salvo y seguros, y les da una sensación de control en momentos de incertidumbre.
- Elige buenos momentos para hablar. Busca oportunidades naturales para tratar el tema y no lo fuerces.
- Pasa tiempo con tu hijo o hija. Realicen actividades juntos: cocinen, den un paseo, jueguen, lean, hagan manualidades o canten. Traten de hacerlo cada día, aunque solo sea durante unos minutos. Lo importante es hacer que se divierta.
- Ten paciencia y mantén la calma. No te frustres. Usa palabras agradables y sé amable con el pequeño o pequeña. Ten paciencia cuando cometa errores y muéstrale cómo volverlo a intentar.
- Muéstrale que sientes orgullo de su progreso. Felicítale cuando esté haciendo bien alguna cosa o se esté esforzando mucho.
- Demuéstrale cariño. Dale brazos, sonrisas, caricias y palabras amables para mostrarle que le quieres. Usa palabras que le transmitan tranquilidad y ofrécele tu apoyo cuando tu hija o hijo esté alterado o angustiado.
- Tengan rutinas relajantes. Antes de acostarse, pueden tomarse un tiempo para leer un cuento. También, puedes ayudarle a relajarse con ejercicios de respiración.
- Eviten situaciones detonantes. Dentro de lo posible, es importante evitar situaciones que le recuerden al pequeño el evento traumático.
Estos consejos pueden parecer detalles pequeños, pero son muy importantes para mejorar la salud mental de los niños que han sufrido algún tipo de trauma. Darle tiempo y apoyo a tus hijos es algo que aporta mucho a su vida emocional, sobre todo, después de un evento traumático.
Si crees que tu hijo o hija ha pasado por un suceso que le pueda haber causado un trauma emocional o notas cambios en su comportamiento después de un evento específico, es necesario que reciba ayuda profesional. Con el tratamiento adecuado y el cuidado de los padres, los niños pueden superar el trauma.
Fuente:
https://kidshealth.org
https://childmind.org
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