A todos nos ha sorprendido alguna vez un sismo, terremoto, inundación, tsunami, deslizamiento de tierra u otro fenómeno de la naturaleza, y muchas veces, han habido consecuencias fatales. Los desastres naturales pueden ocurrir en cualquier momento, y es muy importante que tanto adultos como niños estemos preparados ante ellos. No es algo fácil de hablar con los más pequeños, ya que no queremos asustarlos o preocuparlos, pero es muy importante enseñarles a niños y niñas a sobrellevar las emergencias y a estar preparados.
Mantengan la calma: Cómo enseñarles a niños y niñas a sobrellevar las emergencias
Todos somos distintos y reaccionamos diferente a las emergencias. De hecho, muchos factores influyen en la forma en la que una persona va a reaccionar frente a una: la edad, las experiencias previas, etc. Es esperable que un niño o niña de 6 años no reaccione igual que un adulto. Además, debemos tener en cuenta que los pequeños no tienen tanta experiencia con estos eventos como los mayores, o quizá sí, pero resultó ser traumático para ellos.
Sin embargo, muchas veces, la manera en que los niños y niñas reaccionan ante estas situaciones se debe en parte a lo que observan en los adultos a su alrededor. Cuando los padres y cuidadores enfrentamos un desastre con calma y seguridad, le estamos dando a nuestros pequeños el ejemplo de cómo actuar (además de un mejor apoyo). Los padres debemos procurar transmitir tranquilidad ante las emergencias, para que los niños y niñas sientan esa tranquilidad y no se alteren de más.
Factores que influyen en el impacto emocional de las emergencias en los niños
El impacto emocional de una emergencia en un niño depende de las características y experiencias del pequeño o pequeña, las circunstancias sociales y económicas de la familia y la comunidad, y la disponibilidad de recursos a nivel local.
Otros factores más específicos que pueden afectar la reacción emocional de un niño o niña ante un desastre o emergencia son los siguientes:
- Ser afectado directamente en la emergencia
- Acontecimientos traumáticos o estresantes previos
- Creencia de que el niño, niña o un ser querido podría morir
- Muerte de un familiar, amigo cercano o mascota
- Estar separado de sus padres o cuidadores
- Lesión física
- La manera de reaccionar de los padres y cuidadores
- Recursos familiares
- Relaciones y comunicaciones entre los miembros de la familia
- Exposición continua a la cobertura de los medios de comunicación sobre la emergencia y sus consecuencias
- Estrés continuo debido al cambio en la rutina familiar y en la situación de vivienda
- Diferencias culturales
- Resiliencia de la comunidad
Sabiendo esto, hay ciertas formas de ayudar a los niños y niñas para enseñarles a sobrellevar las emergencias de la mejor manera.
Cómo enseñarles a los niños y niñas a sobrellevar las emergencias
Como ya mencionamos, es fundamental que los padres y cuidadores seamos un buen ejemplo para los niños y niñas al manejar nuestro propio estrés y ansiedad, ante un desastre o emergencia. Si estamos preparados ante un desastre natural o emergencia, es más probable que estemos calmados y reaccionemos mejor ante acontecimientos inesperados, y así tomemos decisiones más oportunas y convenientes para nosotros, nuestra familia y seres queridos.
Los siguientes consejos pueden ayudarnos a preparar a nuestros hijos e hijas y a reducir su estrés antes, durante y después de un desastre o un acontecimiento traumático. ¡Toma nota!
Explícales qué es un desastre natural
Es importante hablar con los más pequeños sobre los desastres naturales que existen y, sobre todo, los que afectan a nuestro territorio. Podemos explicar con dibujos para que entiendan mejor. Además, es necesario explicarles cómo podemos estar preparados ante cualquiera de ellos y cómo actuar en caso ocurra alguno.
Repasen los planes de seguridad cada cierto tiempo
Los protocolos ante un desastre natural o emergencia deben ser repasados con frecuencia y en cualquier momento, para que los pequeños no se olviden. No es por asustarlos, es para que sepan que es algo que puede suceder y debemos estar preparados. Tener la mochila de emergencia y un plan de acción aumentará la confianza de los niños y los ayudará a tener la sensación de estar en control.
Mantener la calma y tranquilizarlos
Durante la emergencia, debemos mantener la calma y tranquilizar a los más pequeños o nerviosos de la familia. Hablemos de lo que está pasando con los niños. Por ejemplo, durante un sismo, les podemos decir de forma simple y natural que la tierra se mueve para liberar energía y que solo durará unos segundos más.
Hablen de lo que pasó
Hay que darles la oportunidad de hablar sobre lo que pasó, qué piensan de eso, qué preguntas tienen y animarlos a que digan lo que les preocupa. Es importante que no se guarden sus temores o emociones.
Eviten las noticias frente a los niños
Los niños pueden angustiarse más si ven en los medios de comunicación las imágenes de un desastre una y otra vez. Desde un principio, hay que limitar la cantidad de exposición que los pequeños tengan a la cobertura de los medios de comunicación, como la televisión y el Internet.
Predecir cómo van a reaccionar nuestros hijos e hijas ante una emergencia o desastre natural no siempre va a ser posible, menos si es la primera vez la experimentan. Algunos pequeños pueden reaccionar con más calma y otros ponerse muy nerviosos, o incluso, mostrar signos de un trastorno por estrés postraumático. En estos casos, será necesario acudir a un profesional para que reciba la ayuda psicológica que requiera. No obstante, la mayoría de veces, los niños y niñas pueden superar estos eventos rápidamente, siempre que les demos nuestro apoyo.
Las reacciones comunes ante los desastres naturales o emergencias desaparecen con el tiempo en la mayoría de los casos. Los niños que hayan estado directamente expuestos a uno de estos fenómenos pueden volver a sentirse angustiados y volver a mostrar comportamientos relacionados con el acontecimiento, si ven o escuchan algo que les haga recordar lo que pasó. Si muestran signos de alarma, como reacciones que interfieren con su rendimiento escolar o sus relaciones con otras personas, sería mejor acudir a un profesional o psicólogo infantil.
Fuente:
www.cdc.gov
Comentarios