¿Cómo hago para que mi hijo me obedezca? Esta es una pregunta que nos solemos hacer los padres cuando no logramos que nuestros hijos nos hagan caso. Educar a los niños es un desafío que queremos cumplir de la mejor manera, y sinceramente, repetirle las cosas hasta el cansancio y que el pequeño no nos haga caso, es agotador y contraproducente. Para ayudarte en estas situaciones, te decimos cómo hacer que un niño te haga caso en 8 pasos.
¿Tu hijo no te obedece? Cómo hacer que un niño te haga caso en 8 pasos
La idea es no ser ni muy autoritarios ni muy permisivos. Hay que ser asertivos. De esta manera, lograremos que nuestros pequeños sigan nuestras indicaciones y se comporten como queremos que lo hagan. Para ello, debemos aplicar la disciplina positiva.
¿Qué es la disciplina positiva?
La disciplina positiva surge como una alternativa eficaz al autoritarismo y a la permisividad. Se basa en la colaboración, en el respeto, en el cariño, la autonomía del pequeño, en la libertad de actuación y en un desarrollo positivo del niño dentro de un ambiente sano y feliz.
El objetivo de esta estrategia es que los niños entiendan las normas que les aportarán la seguridad necesaria para su desarrollo. No debemos entender la disciplina como una imposición de las reglas, sino como un medio por el cual el pequeño encuentre el camino para ser responsable de sus actos y sepa que toda acción tiene una consecuencia. De esta manera, aprenderán cómo comportarse y actuar en cada situación.
Entonces, ¿cómo dar órdenes a los niños de forma eficaz?
Una de las primeras cosas en las que los padres debemos volvernos expertos es en hacer que nuestros hijos nos obedezcan. Saber pedirle las cosas y darles instrucciones de manera que las cumplan, siempre en un ambiente de respeto y confianza. Lo padres debemos ser guías y modelos educativos para nuestros hijos. Para ello, debemos basarnos en una crianza respetuosa y aplicar estrategias basadas en la disciplina positiva. Te dejamos algunos consejos:
1. Dale las indicaciones en el momento adecuado.
Cuando quieras darle una indicación a tu pequeño es necesario que evalúes la situación y el estado en el que se encuentra. Su respuesta no será la misma si está calmado o excitado, si está molesto y a la defensiva, o receptivo y alegre. Lo mejor es que esperes a que tu hijo se relaje y esté cómodo al momento que te comuniques con él. Evita hacerlo cuando esté en medio de una rabieta.
2. Usa un tono de voz suave y un lenguaje corporal firme pero relajado.
Es importante que usemos un tono de voz y un lenguaje corporal adecuado para que el niño comprenda el mensaje. Llámalo por su nombre, agáchate para ponerte a su altura, míralo a los ojos, y usa un tono suave, pero firme.
3. Seamos claros y precisos al poner límites.
Para que nuestro hijo sepa exactamente qué es lo que tiene que hacer, debemos usar frases cortas sin gritar ni regañar. Seamos respetuosos, de lo contrario, el pequeño puede aturdirse y confundirse.
4. Dale pocas órdenes, poco a poco.
No debemos atolondrar al niño con muchas órdenes y reglas. Lo ideal es dar órdenes de una en una y sin contradecirnos. Si fuera necesario dar más de una indicación, esperemos un tiempo prudente para darlas. El pequeño tiene que procesar una orden para poder recibir la siguiente.
5. Comunícate siempre en positivo.
Las instrucciones siempre deben darse en positivo. Evitemos el “no” en nuestras frases. Por ejemplo, en vez de decirle “no corras”, dile “ve más despacio”.
6. Seamos coherentes.
Los adultos debemos discutir la crianza de nuestros hijos en privado. Ellos no deben escuchar que nos contradecimos, ya que podemos confundirlos y perder autoridad. Lo ideal es que, cuando un padre da una orden, el otro debe apoyarlo.
7. Seamos consistentes.
Esto, quizás, es lo más difícil, pero lo más importante. Debemos ser consistentes, para no confundir al niño y no perder la autoridad ganada. Hay que ser firmes. Es decir, si un día le decimos a nuestro hijo que haga algo, al día siguiente no podemos decirle que haga lo contrario.
8. Reconoce sus conductas positivas.
Reconocer cuando el niño cumple lo que le pedimos es muy importante. Esto los incentiva y los motiva a seguir comportándose como queremos. No es necesario darle algo material a cambio, pero sí regalarle unas palabras alentadoras como, por ejemplo: “Me alegra mucho lo que has hecho. Estoy orgulloso/a de ti”. Una herramienta que nos puede ayudar muchísimo para consolidar un comportamiento en los niños es el refuerzo positivo.
Recordemos que también fuimos niños y que nuestros pequeños están aprendiendo y conociendo el mundo, por lo que debemos cuidarlos y criarlos con respeto, amor y mucha paciencia. Asimismo, los padres también estamos aprendiendo y hay que ser pacientes con nosotros mismos.
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