Los motivos por los que un niño o niña no obtiene buenos resultados en sus tareas escolares pueden ser diversos: desde el tipo de alimentación que llevan hasta la empatía de los profesores y sus métodos de enseñanza. Sin embargo, un estudio determinó algo que puede sonar extraño. Según una investigación realizada por la Universidad de Oviedo (España) y la Consejería de Educación de Asturias, los niños que hacen los deberes con sus padres sacan peores notas. ¿Por qué sucede esto?
Por qué los niños que hacen los deberes con sus padres sacan peores notas
Ayudar a los nuestros hijos con sus tareas escolares es algo que los padres vemos como un deber. Pero, muchas veces, estar controlando o involucrarnos de más en el proceso educativo de los niños puede tener un impacto negativo. El estudio realizado por la universidad de Oviedo (España) y la Consejería de Educación de Asturias determinó que los alumnos con padres que les ayudan a hacer los deberes (o que los supervisan de forma sistemática) obtienen peores resultados académicos que los que pertenecen a familias donde se fomenta su autonomía y se mantienen conversaciones en casa sobre cómo les va en los estudios o con los amigos, pero sin centrarse en aspectos concretos de las tareas escolares.
Padres controladores y padres comunicativos
El estudio habla de dos estilos de implicación familiar. Uno es más comunicativo, en el cual los padres mantienen con sus hijos conversaciones sobre el colegio para tratar técnicas y hábitos de estudio, relaciones personales en el aula y motivación, y rara vez se centran en aspectos concretos de las tareas escolares. El otro es más directivo y controlador y menos comunicativo, en el cual los padres centran sus interacciones en la ayuda, la supervisión y el control de los deberes e, incluso, le hacen los deberes a sus hijos.
En la investigación, se determinó que aquellos alumnos de familias con un estilo comunicativo sacaban mejores notas que los de familias con un estilo controlador. De hecho, se reveló que en los centros educativos, en donde hay familias más controladoras, las notas son más bajas, mientras que, ahí donde los padres no vigilan tanto, los resultados no sólo son más altos, sino que hay menos diferencias entre los estudiantes.
Que nuestros hijos nos pidan ayuda en algo puntual de sus tareas escolares no es malo, pero ayudarlos a hacer sus deberes con mucha frecuencia (o hacerles la tarea) puede afectar su autonomía. Incluso, puede hacer que los niños se conviertan en personas dependientes de sus padres y que, cuando necesiten resolver exámenes o ejercicios en clase, no les vaya tan bien.
Hay que darles mayor libertad en ese sentido y dejar que aprendan a ser responsables. Según Rubén Fernández-Alonso, investigador del Grupo de Psicometría de la Universidad de Oviedo y uno de los autores del estudio, “lo ideal sería que todos los deberes pudieran realizarse de forma autónoma por los chicos, tengan la edad que tengan. Son la única tarea escolar que se hace sin supervisión del profesor y sirven para crear responsabilidad”.
Menos control y más comunicación
De regreso a casa del colegio o durante la cena, podemos aprovechar para mantener alguna conversación sobre los estudios, pero sin preguntarles directamente por las tareas o deberes. Evitemos preguntas sobre las tareas que les han dejado ni bien suben al auto. Más bien, podemos preguntarles sobre sus emociones y cómo se sienten ahora que han empezado las clases presenciales.
Tips para involucrarnos en la educación de nuestros hijos de manera positiva
Está claro que los padres debemos involucrarnos en la educación de nuestros hijos, pero debemos hacerlo de tal manera que no afecte ni su rendimiento escolar ni tampoco el desarrollo de su personalidad. Algunos tips que nos pueden ayudar a conseguir ese objetivo son los siguientes:
Mantener comunicación con los profesores
Es importante que los padres mantengamos una relación buena y comunicativa con los profesores de nuestros hijos. De esta forma, podemos advertir o detectar algún problema que pueda ocurrir a lo largo del curso escolar.
Darles tiempo para jugar
El juego libre y el estructurado son muy importantes para el desarrollo de los niños. De hecho, para que el rendimiento escolar sea bueno, debemos reducir en la medida de lo posible el estrés que los pequeños puedan tener. Por eso, es recomendable (y casi obligatorio) dejarles un tiempo de ocio prudente durante el día.
No exagerar con los cursos o talleres extracurriculares
Si bien los talleres extracurriculares traen beneficios a los niños, sobre saturarlos con ello no es recomendable. Muchas veces, para intentar que nuestros hijos se distraigan y se mantengan activos, los matriculamos en todo. No hay necesidad de exagerar con ello.
Tener pausas durante el estudio
Durante las horas de estudio o de realización de deberes escolares, es recomendable que los pequeños tomen pausas de 10 o 15 minutos para estirar y relajar la mente y el cuerpo. Así, recuperan energías y retoman sus deberes más tranquilos.
Darles seguridad
Si les mostramos seguridad y los motivamos a que ellos mismos puedan hacer sus tareas escolares solos, será más probable que las hagan. Hay que confiar en ellos y no hacerles los deberes. Muchas veces, prácticamente somos los padres los que resolvemos las tareas y eso no va a beneficiar a los niños. Hay que guiarlos, sí, pero no hacerles el trabajo.
En conclusión, el estilo de implicación familiar influye en el rendimiento escolar de los niños. Por eso, hay que procurar ser más comunicativos y menos controladores. Que las conversaciones con nuestros hijos no sean solo sobre los deberes, también hay que interesarnos en sus emociones y preferencias. Además, evitemos hacerles todo tan sencillo. Recordemos que los niños van a crecer y deben tener la capacidad de resolver problemas por sí mismos. Hay que guiarlos, pero siempre estimulando su autonomía, desde pequeños.
Fuente:
www.guiainfantil.com
www.elmundo.es
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