Durante la adolescencia, se generan en la persona una serie de cambios físicos y psicológicos importantes. Es la etapa que marca el final del periodo de la infancia y comienza la pubertad. La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima, ya que es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme identidad, conocer sus virtudes, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro.
Debido a que se trata de una etapa delicada, los padres debemos saber guiar y apoyar a nuestros hijos e hijas de la manera adecuada para que puedan atravesar con menos problemas este período y forjar una sólida y alta autoestima. En esta nota, te damos 6 consejos para mejorar la autoestima de tus hijos adolescentes.
6 consejos para mejorar la autoestima de tus hijos adolescentes
La autoestima se forma desde el nacimiento. Es la valoración que se tiene de uno mismo, y puede ser positiva, alta autoestima, o negativa, baja autoestima. Esta se forma con los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que se ha tenido durante toda la vida. De ahí la importancia de la alta autoestima infantil. La alta o la baja autoestima influirá en todos los aspectos de la vida de una persona, en la formación de su personalidad y también en su felicidad.
A continuación, te dejamos algunos consejos que podemos tener en cuenta para que la autoestima de nuestros hijos adolescentes se mantenga positiva.
1. Más halagos
Es muy importante que resaltemos y celebremos los logros y virtudes de los adolescentes y esto incluye las ocasiones en las que se han esforzado, sin importar los resultados. Reconocer y celebrar su esfuerzo, aunque no logren las metas deseadas, sin duda es algo que los motivará a no rendirse y a perseverar para alcanzar sus objetivos.
Es importante que les estimulemos a que estén orgullosos de ellos mismos y de sus capacidades. Esto no quiere decir que ignoren sus defectos, pero sería mejor alentarnos a trabajar en ellos y no verlo como debilidad. El orgullo debe surgir desde su interior, deben sentirlo y no solamente escucharlo como una aprobación externa.
Los adolescentes con baja autoestima pueden sentir extraño aceptar los halagos. Incluso, pueden sentirse incómodos y hasta negarlos. Por ello, es importante que los halagos tampoco sean exagerados. Deben ser genuinos. No les abrumemos con cumplidos, porque parecerá que no es sincero.
2. Que las críticas siempre sean constructivas
Críticas sí, pero nunca de manera hiriente y ofensiva. Por eso se les dice constructivas, porque ayudan a la persona a construir en vez de a “destruir”. Recordemos que, en esta etapa (al igual que en la infancia), nuestros hijos e hijas necesitan que los guiemos y los criemos respetuosamente. Ellos y ellas están aprendiendo y, más que ser juzgados, necesitan comprensión y corrección.
Cambiemos el “¿cómo pudiste responder mal a esa pregunta en tu examen de matemáticas?” por un “casi tenías la respuesta. Con un poco más de estudio, ten la seguridad de que la próxima vez te irá mejor”. Se nota bastante la diferencia, ¿cierto? La primera respuesta (que en realidad es pregunta) puede llegar a ser hiriente o hacer sentir al adolescente que no es lo suficientemente inteligente como para resolver un simple examen, mientras que la segunda respuesta expresa un mensaje más positivo y que le hará sentir al adolescente tranquilidad, pero ganas de hacerlo mejor.
Tengamos bastante cuidado con nuestras palabras. Seamos sabios al usarlas, ya que son armas poderosas que pueden ayudar a subir la autoestima de las personas o, de lo contrario, pueden bajarla.
3. Pídeles su opinión
Los adolescentes tienen opiniones y es importante escucharlas. Incluyámosles en las decisiones familiares diarias e implementemos algunas de sus sugerencias. Podríamos preguntarles sobre qué color piensa que se podría pintar una habitación o qué tal le parecería si ubicamos algunas plantas en las ventanas.
A los adolescentes les gusta ser tratados como adultos y, usualmente, se sienten halagados cada vez que se les invita a participar en el mundo de los adultos. Recordemos que ellos también viven en casa, y consultarles cuando se planeen algunos cambios es necesario para que se sientan incluidos e importantes.
4. Anímales a encontrar sus fortalezas y a cultivar sus talentos e intereses
Todos, absolutamente todos, sobresalen en algo. Todos necesitan sobresalir en algo. En lo que sea. Solo se necesita encontrar esa pasión o ese talento. Debemos permitir que nuestros hijos vayan tras su pasión e intenten realizar todas las actividades que deseen hasta encontrar lo que les hace feliz. Quizá, algunos intereses puedan parecer frívolos o extraños, pero incluso estos pueden proporcionar oportunidades para tener éxito y una excusa segura para la aceptación de sus compañeros.
Los deportes son un área para destacar, pero también lo es el arte, la música, el canto, danza, etc. Incluso, hoy en día vemos muchos adolescentes exitosos en el área de los videojuegos (gamers) y la Internet (youtubers, bloggers, creadores de contenido, etc.). Hay que animarles a probar de todo y apoyarles en ello. En algún momento, encontrarán aquello para lo que son buenos y que realmente disfruten hacer. Eso sí, hay que asegurarnos de que la actividad de interés no interfiera con responsabilidades, como el estudio.
Según el Dr. Robert Blum de la University Hospitals en Minneapolis, los padres no deberían decir siempre que no a sus hijos. También deben decir que sí, para ayudarlos a encontrar formas positivas para construir la autoestima y explorar su propia identidad”. Si ellos o ellas quieren tomar clases de baile o de canto, por ejemplo, digamos que sí. Dejemos que experimenten.
Debemos tener en cuenta de que, al igual que las emociones de los niños y niñas, el entusiasmo de los adolescentes por una actividad en particular puede ser fugaz. Por ello, hay que asegurarnos de que están realmente interesados y comprometidos antes de hacer gastos costosos, como comprar una bicicleta profesional o un curso avanzado. Animémosles a probar la actividad como principiantes y, si realmente están interesados, apoyémosles.
5. Animémosles a realizar voluntariado
Ayudar a otros nos hace sentir útiles y nos hace sentir bien con nosotros mismos al saber que podemos ayudar a los demás. Para tener una alta autoestima, es importante sentirse valorado, no solo por los padres y familiares, sino por sus compañeros y la comunidad. Según el Dr. Blum, una de las formas en las que los adolescentes se pueden sentir valorados es realizando labores sociales o voluntarios que sean importantes y útiles.
6. Respetemos sus personalidades
En muchos casos, cuando un hijo o hija llega a la adolescencia, todo aquello que conocíamos de él o ella cambia. Esto sucede porque, en esta etapa, la persona va forjando su identidad y autodescubriéndose para definir una personalidad. Cada uno de nuestros hijos tendrá una personalidad distinta y debemos respetarlas y aceptarlas.
Antes de sucumbir al impulso de intentar prohibir, poner obstáculos o, incluso, menospreciar a nuestros hijos por su ropa, su pelo, su apariencia o sus acciones, debemos hacer un alto y reflexionar. La adolescencia es una etapa de cambios, pero no solo a nivel personal, sino que son los adolescentes los encargados de forjar el mundo en el que vivirán.
Desde niños, es importante sentirnos queridos y protegidos. Esto debe seguir durante la adolescencia. Es necesario que les demos a nuestros hijos e hijas cariño y apoyo incondicional para forjar en ellos una sólida y alta autoestima que influya positivamente en todas las áreas de sus vidas.
Igual de importante es dejarles experimentar la vida, dejarles errar y acertar. Ellos deben aprender por sí mismos y saber hacerse responsables de sus decisiones, pero siempre sabiendo que estamos orgullosos de ellos y que estamos ahí para cuando nos necesiten.
Fuente:
www.healthychildren.org
www.manuelescudero.com
Comentarios