Tarde o temprano, esta pregunta va a surgir en los padres y madres: ¿a qué edad debo llevar a mi hija a una consulta ginecológica? En condiciones de salud normales, es probable que pensemos que el momento adecuado para una visita al ginecólogo o a la ginecóloga sea con el inicio de la menstruación de nuestra hija. Sin embargo, la vista puede ser antes o después.
¿A qué edad debo llevar a mi hija a una consulta ginecológica?
Una cita médica no debe darse exclusivamente cuando se está enfermo. Las mujeres deben realizarse chequeos con regularidad, pues la detección temprana de cualquier problema relacionado a los órganos reproductores puede ser vital para su mejora.
Los especialistas recomiendan que la primera visita al ginecólogo se haga antes de la primera menstruación. Por lo mismo que el periodo o “la regla” está vinculado a los órganos reproductores de la mujer, es bueno un chequeo en época de evolución (entre las edades de 11 a 15 años). Sin embargo, la visita puede darse antes o después, según las circunstancias en las que se encuentre la niña o adolescente.
¿Por qué debo llevar a mi hija a una consulta ginecológica?
Las razones para llevar a nuestra pequeña a una cita con la ginecóloga son variadas. Algunos de los motivos son:
1. Información
Una cita ginecológica puede ser meramente informativa y nadie mejor que un especialista para resolver cualquier tipo de duda o curiosidad que se tenga sobre sexualidad, el aparato reproductor, la menstruación, etc. De hecho, acudir al ginecólogo antes del inicio del periodo le puede dar información a la menor sobre cómo será ese acontecimiento, qué sucederá en su cuerpo, por qué menstrúan las mujeres y qué puede sentir física y emocionalmente, además de conocer métodos de cómo cuidarse.
La educación sexual es muy importante para las niñas (y también para los niños), sobre todo, cuando ya se hacen evidentes ciertos comportamientos o empiezan a tener dudas. La especialista podrá guiar a nuestra hija, darle recomendaciones, resolver sus dudas y brindarle información sobre diferentes problemas o afecciones que pueda tener. Si los padres no sabemos cómo abordar estos temas, es preferible recurrir a un profesional de la salud.
2. Prevención
En muchas ocasiones, solemos acudir al médico especialista cuando detectamos síntomas extraños. Sin embargo, existen algunas afecciones que, aunque no causen dolor, es importante considerar y analizar. Recuerda que la prevención es el mejor tratamiento.
Por otro lado, la ginecóloga puede dar a nuestra hija información sobre qué medidas preventivas se han de tomar relacionadas con la prevención del embarazo y de enfermedades de transmisión sexual, entre otras. Toda esta información es muy útil, sobre todo, en una edad en la que empiezan a tener dudas y curiosidad.
3. Dolor menstrual
Es normal que todos los meses, en los días previos o primeros días de la menstruación, se tengan molestias y síntomas relacionados con esta. Sin embargo, si estos síntomas interfieren en el ritmo de vida normal y persisten aunque se tomen medicamentos para el dolor menstrual, es importante visitar al ginecólogo para determinar la causa y la solución.
4. Irregularidades frecuentes en el periodo de la menstruación
En los primeros años de menstruación, hasta que se regula, es normal que la duración de los ciclos sea irregular. Además, existen también otras causas “normales” que hacen que el periodo menstrual no siga siempre el mismo ciclo. Sin embargo, si esto ocurre de manera constante, se debe consultar con la ginecóloga para comprobar que todo funciona bien y si es necesario algún tipo de tratamiento para regular el periodo.
5. Menorragia (sangrado menstrual intenso)
Menorragia es el término médico que se usa para denominar los períodos menstruales con sangrado anormalmente intenso o prolongado. Puede derivar a una anemia, fatiga, cansancio y mucha incomodidad. Esto puede llegar a interrumpir el ritmo de vida de la mujer, por lo que el médico puede recomendar ciertos tratamientos.
6. Mal olor
Los olores fuertes, frecuentes e intensos no son normales. Pueden generarse debido a infecciones de hongos u otras enfermedades, por lo que debe ser analizado por un especialista.
7. Detección de bultos en el pecho
Este caso es más para aquellas mujeres que están saliendo de la adolescencia. A partir de los 20 años, todas se deben realizar un autoexamen de mamas con frecuencia para poder detectar, si lo hubiera, bultos o irregularidades en sus pechos. De ser el caso, el ginecólogo debe revisar el caso y tomar los exámenes correspondientes.
8. Primeras relaciones sexuales
Es muy importante que las mujeres, al iniciar su vida sexual, acudan a un ginecólogo para sus respectivos chequeos. Es necesario para saber evitar enfermedades de transmisión sexual y encontrar el mejor anticonceptivo. Asimismo, si hay dolor durante el acto sexual, se debe acudir a un especialista, ya que no es normal y puede estar causado por diversas afecciones.
¿Qué esperar de la primera consulta ginecológica de mi hija?
En la primera visita al ginecólogo, no siempre habrá la necesidad de un examen físico, a menos que sea necesario. En algunos casos, podrían solicitarse exámenes o análisis. Este primer acercamiento puede servir más para iniciar una historia clínica de la pequeña enfocada a la ginecología y asegurarnos de que esta parte de su cuerpo funciona correctamente.
Es probable que se le tomen las medidas, el peso y se compruebe la presión arterial. Además, puede que la especialista le haga algunas preguntas personales sobre ella y sobre antecedentes de salud en su familia. Algunas de estas preguntas pueden estar relacionadas con el periodo menstrual, relaciones sexuales, hábitos de consumo y deporte, existencia de pareja estable, antecedentes familiares, etc. Estas preguntas deben responderse con total sinceridad.
Es importante que los padres tengamos una buena comunicación y confianza con nuestras hijas. De igual manera, hay que incitar a mantener una adecuada higiene sexual, prevención de embarazos no deseados y prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
La primera consulta ginecológica puede ser abrumadora para muchas niñas y adolescentes, por lo que podría ser de mucha ayuda que les acompañemos en el proceso. Sin presiones y con naturalidad. Además, es importante que nuestra hija se sienta cómoda con la persona que la va a atender. Si es necesario cambiar de médico, se puede hacer con total libertad.
Fuente:
www.cenythospital.com
www.mayoclinic.org
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