¿Por qué mi hijo se enferma tanto? ¿Tiene las defensas bajas? ¿Es normal que demore semanas en curarse la tos? Estas son algunas preguntas que los padres nos hacemos cuando nuestros hijos tienen infecciones recurrentes. Si tu hijo de 2 años asiste al nido o guardería, es probable que estés visitando al pediatra con frecuencia. Llega un momento en el que nos preguntamos si esto es normal. Ahora puedes consultar con un profesional médico para obtener orientación y asegurar tu bienestar a través de un seguro de salud.
Infecciones recurrentes: ¿Por qué mi hijo se enferma tanto?
Según muchos estudios epidemiológicos, los niños pequeños y sanos se enferman, por lo menos, 5 veces por año. Aquellos que van a la guardería o al colegio, pueden llegar a enfermar hasta 10 veces por año. Por lo general, las infecciones son leves y la duración promedio de la enfermedad es de, aproximadamente, 8 días. En algunos casos, el proceso puede durar hasta 2 semanas, sin que esto signifique complicación o mala evolución.
Los bebés suelen presentar resfriados alrededor de los 6 meses de edad. En las primeras semanas o meses de vida, el recién nacido aún goza de las defensas que le pasó su madre por la placenta cuando era un feto, principalmente, en el último trimestre del embarazo. Sin embargo, hay casos en los que los bebés pequeños pueden enfermar, ya que tienen un sistema inmunitario prácticamente a estrenar.
A partir de los 12, 15 o 18 meses de vida, los anticuerpos que le pasó la madre a su bebé van a ir disminuyendo. Estas defensas le protegen en los primeros meses en que es más vulnerable hasta que su sistema inmune vaya fabricando sus propios anticuerpos.
Entonces, a partir de los 12-18 meses, el lactante va a ir enfermando más, porque se le van “acabando” los anticuerpos maternos y tiene que ir fabricando los suyos propios. Pero, para que genere su propia inmunidad, tiene que contactar con esos virus y bacterias, y tiene que enfermar.
Muchos de los síntomas que aparecen con cualquier infección forman parte de la respuesta del sistema inmune en su lucha contra el germen, y un buen ejemplo de ello es la fiebre. La fiebre no es mala. De hecho, es síntoma de que el organismo del pequeño está respondiendo. No hay que asustarse y tratar de bajarla a toda costa, pero si se trata de una fiebre muy alta (por encima de los 39ºC), lo mejor será consultar con el pediatra para que nos indique qué hacer.
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¿Cuántas veces es normal que un niño se enferme?
Durante los primeros años de vida (hasta los 4 años de edad), es probable que los niños presenten en promedio 6 a 8 episodios por año. Posteriormente, durante la primaria, el promedio bajará a 5 ó 6 episodios por año. Luego, en la adolescencia, podrían presentar los mismos episodios que en la edad adulta, que son cuatro por año, aproximadamente.
Ahora, las infecciones virales del aparato respiratorio son responsables de más del 50% de las infecciones agudas con fiebre que ocurren en la niñez. Además de estos episodios respiratorios, es probable que presenten diarrea y/o vómitos dos o tres veces por año.
Aquellos cuadros infecciosos que se presentan con fiebre alta, diarrea o vómitos y que persisten deben ser atendidos por un especialista. Si bien pueden deberse a un virus, en muchos casos, pueden deberse a una infección bacteriana, por lo que serán necesarios los antibióticos. Además, cuando hay diarrea y vómitos, puede haber riesgo de deshidratación, lo que puede llegar a empeorar el cuadro.
Por otro lado, si el niño o niña es mayor de tres años de edad y estornuda frecuentemente con presencia de rinorrea (exceso de mucosidad) transparente por más de un mes, tienen dificultades respiratorias, no presenta fiebre y ocurre por temporadas, es probable que se deba a una alergia estacional. En estos casos, también hay que consultar con el pediatra para saber cómo ayudarle a mejorar los síntomas.
¿Por qué mi hijo tiene infecciones recurrentes?
La respuesta a esta pregunta suele ser bastante simple: porque los niños están expuestos a nuevos virus todo el tiempo y están desarrollando su inmunidad contra ellos. Hay más de 200 virus capaces de producir estas infecciones. Entre más pequeño sea el niño, menor será su exposición a estos virus, por lo que su inmunidad a los mismos será menor.
Los niños que normalmente están más expuestos a estos virus y, por tanto, tienen mayor riesgo de adquirir infecciones frecuentes, son aquellos que van al nido, a las guarderías o a centros de estimulación. Sin embargo, también están expuestos (indirectamente) aquellos pequeños cuyos hermanos mayores asisten al colegio, ya que estos pueden traer el virus a casa y contagiarle.
Por otra parte, los resfriados son más frecuentes en familias numerosas, ya que más personas salen de casa y es más probable que un virus ingrese al hogar. El frío también es un factor, pero no porque cause resfríos. En los lugares en los que baja mucho la temperatura, la frecuencia de resfriados se triplica, ya que la gente pasa más tiempo dentro de ambientes cerrados, respirando aire reciclado y estando muy cerca uno del otro. Esto aumenta la probabilidad de contagios.
Fumar dentro de casa también puede aumentar la susceptibilidad de los miembros de la familia para adquirir estas infecciones en la vías respiratorias, además de tos crónica, infecciones en los oídos, sinusitis, broncoespasmo y asma.
¿Las infecciones recurrentes se deben a que mi hijo tiene baja las defensas?
Esta es quizás una de las dudas que tenemos los padres cuando nuestro hijo o hija se enferma mucho. Los especialistas sostienen que un niño con una deficiencia en el sistema inmunológico (producción inadecuada de glóbulos blancos y/o anticuerpos) presenta la misma frecuencia de infecciones respiratorias que un niño promedio. Sin embargo, presentará infecciones más severas, como: 2 o más episodios de neumonías por año, cuadros repetitivos de sinusitis, infecciones de los ganglios linfáticos con o sin supuración, además de la respectiva cese en la ganancia de peso que le sigue a estas infecciones serias.
Con respecto a las infecciones repetitivas de los oídos, estas suceden generalmente en aquellos niños cuyas Trompas de Eustaquio (pequeño conducto que comunica a la nariz con el oído) no funcionan en forma adecuada.
En cualquier caso, los expertos aseguran que los padres no debemos pensar que estamos haciendo algo mal o que estamos descuidando a nuestros pequeños. Es inevitable que los niños enfermen de este tipo de infecciones. Estos episodios forman parte de su crecimiento y maduración de su sistema inmunológico.
Por supuesto que existen formas de prevenir contagios, como lavarse las manos con frecuencia, pero en el caso de los niños es complicado asegurar un buen aseo, ya que están todo el tiempo tocando objetos y en contacto con otros niños.
Por otro lado, una buena alimentación es vital que los niños adquieran todos los nutrientes que necesitan para subir sus defensas y evitar enfermedades causadas por la falta de vitaminas. Sin embargo, a pesar de hacer nuestro mejor esfuerzo por evitar que nuestros hijos se enfermen, tarde o temprano, van a contagiarse y eso está bien. Es necesario para su desarrollo inmune.
¿Qué hacer si mi hijo tiene infecciones recurrentes?
Según los pediatras, debemos observar el estado de salud general del pequeño. ¿Se le ve bien? ¿Tiene energía? ¿Está ganando peso y crece según lo esperado? Si es así, no hay de qué preocuparse. Si hay algo anormal, deberemos consultar al pediatra.
Los niños se curan de la mayoría de las infecciones virales de las vías respiratorias por sí mismos. Hay que dejar que la enfermedad siga su curso y su cuerpo luche contra la infección. Lo que puede demorar un poco más de lo esperado es la tos con flema, ya que los niños no saben cómo expulsarla correctamente.
Si el médico lo ve necesario, podría recetar al niño o niña medicamentos para aliviar síntomas, como la fiebre, la tos, la congestión nasal y el dolor. Lo que no es posible es curar una infección viral con antibióticos, ya que no se trata de una bacteria.
La buena noticias es que el número de infecciones disminuirá a medida que el pequeño o pequeña crezca y vaya adquiriendo defensas (anticuerpos protectores) contra la mayoría de los virus.
¿Cuánto hay que esperar para que retorne al colegio?
Según los pediatras, el principal requerimiento para que un niño regrese al nido o colegio es que la fiebre haya desaparecido, se encuentre de buen ánimo y los síntomas no sean tan evidentes que distraigan a sus compañeros: tos y estornudos constantes o exceso de mucosidad.
Se podría pensar que es irresponsable llevar a un niño al nido cuando aún está recuperándose, pero hay que saber que el proceso de infección y recuperación dura unas 2 ó 3 semanas. Si por cada vez que nuestro hijo se enferme va a tener que quedarse en casa 3 semanas, prácticamente, no asistiría al nido. Lo ideal es que permanezca en descanso durante los días que son más críticos (en la mayoría de los casos, un resfriado no es contagioso después de la primera semana). Si ya se encuentra mejor, no hay porqué retenerlo en casa tantos días.
Tratar de evitar contagios en los nidos, guarderías o colegios es muy complicado, ya que la mayoría de los pequeños esparcen los virus durante los primeros días de la enfermedad, cuando aún no presentan síntomas ni lucen enfermos. Esto hace que el contacto con las enfermedades respiratorias más comunes en niños sea inevitable.
Eso sí, el ejercicio y deporte en equipos deberán posponerse por algunos días hasta que el niño o niña se recupere totalmente, pero más allá de eso el regreso temprano a la guardería o colegio no incrementará el riesgo de una complicación o el de contagio para otros niños.
Por último, hay que recordar que no existen remedios instantáneos para estos episodios virales y ciertas enfermedades recurrentes en niños. Los antibióticos solo son útiles para algunas infecciones y eso lo debe determinar el pediatra. Nunca hay que medicar a nuestros hijos por nuestra cuenta.
Hay que tener en cuenta que estas infecciones recurrentes son necesarias durante la niñez, ya que es la etapa ideal para que los pequeños desarrollen su inmunidad. Aún así, es importante que estén al día en sus vacunas y siempre acudir a los controles médicos.
Fuente:
https://pediatrica.org
www.pediatraenlinea.mx
https://pediatragabiruiz.com
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