¿Por qué nuestros hijos se vuelven agresivos y cómo actuar al respecto?

  • hace 2 años

Son muchos los momentos en los que nuestros hijos nos alegran los días, pero hay otras ocasiones en las que puede que sus actitudes nos enloquezcan un poco. Si bien los arrebatos y las pataletas son normales en los niños, los episodios violentos o de agresividad frecuentes, que causan problemas en sus relaciones, pueden ser síntoma de un problema mayor.

Antes de pensar que el castigo es el remedio para estas actitudes, es importante conocer el porqué de este comportamiento y darle solución a la raíz del asunto. 

¿Por qué nuestros hijos se vuelven agresivos y cómo actuar al respecto?

Los niños pequeños o en edad preescolar carecen de autocontrol para expresar su enojo con tranquilidad, por lo que es probable y natural que ataquen, golpeen o muerdan por frustración. Pero, recuerda que parte de la crianza es ayudarles a manejar sus emociones de una manera saludable. Esto es de vital importancia para que no se vuelvan agresivos con el tiempo.

Sin embargo, cuando hablamos de niñas y niños agresivos, hablamos de aquellos que tienden a ser violentos en diversas situaciones y que tienen actitudes agresivas que pueden llegar a preocuparnos seriamente. Estos comportamientos en los niños pueden ser un síntoma de muchos problemas subyacentes diferentes. Por ello, más que controlar la agresividad del pequeño o pequeña, es necesario descubrir qué la está causando.

¿Por qué los niños son agresivos?

Según los especialistas, algunas de las razones por las que los niños pueden tener comportamientos agresivos son:

Frustración e impulsividad

Los niños que tienen discapacidad intelectualautismoTDAH o cualquier condición que les genere problemas de aprendizaje o comunicación pueden manifestarse con agresividad. Esto debido a que suelen tener dificultades para manejar la ansiedad o frustración y se les dificulta verbalizar sus sentimientos como otros lo hacen.

En el caso de los niños con TDAH, la impulsividad y la mala toma de decisiones pueden llevar a un comportamiento que se interpreta como agresivo. Por lo general, estos pequeños no consideran las consecuencias de sus acciones, lo que puede parecer insensible o malicioso, cuando en realidad no están pensando.

Trastorno de conducta

El trastorno de conducta es una serie de problemas conductuales y emocionales que se presentan en niños y adolescentes. Los problemas pueden involucrar comportamiento desafiante o impulsivo, consumo de drogas o actividad delictiva. La agresividad es parte de la matriz de este trastorno.

A diferencia del niño o niña que, simplemente, hace las cosas sin considerar las consecuencias de sus actos, los niños con un trastorno de conducta actúan intencionadamente y sabiendo que lo que hacen está mal.

Trastornos del estado de ánimo

Los trastornos del estado de ánimo son alteraciones emocionales que consisten en períodos prolongados de tristeza y júbilo excesivos. Entre ellos se encuentran la depresión, el trastorno bipolar, el trastorno afectivo estacional y la autolesión. Entre estos cambios de humor que se producen pueden ocurrir actitudes violentas o de mucha agresividad e irritabilidad, lo que puede significar un peligro para el paciente y para los demás.

Psicosis infantil

Las enfermedades psicóticas también pueden manifestarse con agresión. Por ejemplo, los niños con esquizofrenia suelen responder a estímulos internos que pueden volverse perturbadores. Muchas veces, se vuelven desconfiados o sospechan de todo, o parecen completamente paranoicos y terminan golpeando debido a su propio miedo.

¿Por qué nuestros hijos se vuelven agresivos y cómo actuar al respecto?

Lesión

Otras razones por las que los niños pueden tener actitudes agresivas, son de origen biológico, por ejemplo, cuando el pequeño tiene daño en el lóbulo frontal o ciertos tipos de epilepsia. En estos casos, puede no haber una razón comprensible para el episodio agresivo, el cual puede ser explosivo.

Traumas

Los traumas psicológicos también pueden ocasionar actitudes violentas y agresivas en niños y adolescentes. Si una persona sufre un trauma en algún momento de su vida y no lleva una terapia que le ayude a superar el daño psicológico, podría pasar por momentos que detonen sus emociones y reaccionar de forma repentina y violenta. 

Estrés

Un ambiente estresante puede llevar a una persona a saturarse y a responder con agresividad. Si bien esta actitud no siempre va a representar una enfermedad emocional subyacente, el estrés y la irritabilidad podrían ser síntoma de un problema emocional mayor, sobre todo, cuando la agresión ocurre cada vez con mayor frecuencia.

Es importante que, ante cualquier signo de alerta que se presente en los niños y que tengan relación con cualquiera de estas causas, acudamos a un profesional de la salud mental. Con un tratamiento adecuado, los comportamientos de los niños pueden mejorar notablemente.

¿Qué hacer ante una conducta agresiva de los niños?

Lo primero que tenemos que hacer es guardar la calma y considerar la edad de nuestro hijo o hija, ya que no es lo mismo tratar con un niño de 2 años que con uno de 6. Luego, toma un respiro y ten en cuenta lo siguiente:  

  • Razona según su nivel de entendimiento. ¿Cuál es la edad de tu hijo?
  • Recuerda que los niños están en pleno desarrollo y necesitan de nuestra ayuda y comprensión. ¿Qué está necesitando tu hijo o hija de ti?
  • No recurras a los gritos ni a las amenazas. Tampoco a los castigos desproporcionados ni a la violencia. La agresividad no se soluciona con más agresividad.
  • No le hagas sentir mala persona o juzgado. Ten cuidado con las palabras que uses. 
  • Aplica el refuerzo positivo ante situaciones en las que se controle, actúe de forma diferente y sea más flexible.
  • Trabaja la comunicación. Acompáñale y valida sus emociones.
  • Frena la agresividad cuando la estés presenciando.
  • Enséñale cuáles son las reglas dentro y fuera de casa. Muéstrale las consecuencias de sus actos y ponle límites claros. Las normas deben quedar muy claras desde que son pequeños. Los niños deben saber que las conductas agresivas no están permitidas y que siempre hay consecuencias.
  • El acompañamiento emocional y el ejemplo son claves. Si no quieres que tu hijo actúe con agresividad, debes evitar actuar con agresividad. Recuerda que los niños imitan todo lo que ven.
  • Ayúdale a canalizar todo lo que siente. Trabaja los motivos que hay detrás. Para esto puede ser necesario acudir a terapia psicológica.
  • Evita decir “pórtate bien”
  • Háblale de autocontrol y ayúdale a trabajarlo.
  • Ayúdale a mejorar su inteligencia emocional y a desarrollar las habilidades que necesita para solucionar sus problemas.
  • Ten paciencia. 

Es importante procurar resolver estos problemas antes de que lleguen a la adolescencia. Muchas veces, esta agresividad viene de problemas de baja autoestima y es necesario el acompañamiento de un especialista en psicología infantil. Sin embargo, recordemos que la mejor forma de remodelar las conductas agresivas es un hogar estable y seguro, en donde se les enseñen los límites y las normas con firmeza y con mucho amor, desde muy pequeños.

Cuando estas conductas agresivas son muy frecuentes y empiezan a ser un problema en casa, en el colegio o con otros niños y compañeros, es necesario pedir ayuda profesional. Es preciso que un especialista encuentre la causa de estas conductas y darle al pequeño el tratamiento adecuado.

Fuente:

https://childmind.org

https://katiaranzabal.com

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